El Gobierno y el PSOE unieron ayer sus fuerzas para frenar la peligrosa bola nieve creada por los rumores sobre una inminente sentencia contraria a la constitucionalidad del Estatuto catalán y cambiaron la estrategia de los últimos días de amenazas y riñas a los partidos catalanes en pos de tender puentes y rebajar la tensión con su principal aliado, el PSC del president José Montilla. El temor a la deriva de la crisis hacia un enfrentamiento institucional, del que saldrían beneficiados PP y CiU, decidió a la Moncloa a dar el primer paso para sellar una tregua tras la discusión que mantuvieron José Luis Rodríguez Zapatero y el viceprimer secretario del PSC, Miquel Iceta, en la ejecutiva federal socialista del 16 de noviembre.

Ahí empezó un distanciamento que se fue agravando y que Zapatero intentó zanjar ayer con un mensaje conciliador desde El Cairo (Egipto), donde estaba de visita oficial. El presidente reflexionó sobre el "positivo desarrollo autonómico" y apeló al recuerdo de otras crisis recientes con Cataluña, como la de la aprobación del propio Estatut y el acuerdo sobre el nuevo modelo de financiación autonómica. "Entonces también hubo un debate intenso y se oyeron muchas cosas, pero se logró un buen resultado", dijo.

Por ello, reclamó "calma" a los partidos catalanes y que dejen trabajar con "sosiego" a los miembros del Tribunal Constitucional. "Las cosas discurrirán razonablemente", vaticinó el líder del PSOE. Fuentes de la Moncloa explicaron que Zapatero confía en que la resolución respetará el texto aprobado por los catalanes en referendo y añadieron que está especialmente molesto con las "filtraciones" hechas por algunos miembros del TC. Unas filtraciones que desdeñó. "Yo tengo confianza en el buen criterio del Constitucional", concluyó.

Otros miembros del Gobierno se unieron a esta estrategia. El ministro de Justicia, Francisco Caamaño, recordó que el Estatut fue "aprobado por la mayoría de los representantes legítimos del pueblo español". El secretario de Estado de Cooperación Territorial, Gaspar Zarrías, aseguró que el Ejecutivo "sigue compartiendo el criterio de constitucionalidad del texto" y "espera que sea el camino por el que vaya la sentencia". Desde el PSOE aseguraron que entienden las advertencias de Montilla, que no puede hacer otra cosa como presidente de Cataluña que defender la ley.

EL "ZURRIAGAZO" DE PUJOL Mientras, el expresidente catalán Jordi Pujol manifestó ayer, en un coloquio con el escritor Javier Cercas y con periodistas, que Cataluña necesita "un zurriagazo político", entendido como "un nuevo impulso político" que devuelva la confianza y el prestigio de la autonomía.