La situación es "ciertamente difícil y complicada" y algunos sectores sociales, los más debilitados, podrían tener serias dificultades. Con ese mensaje, sin negar que la economía española ha experimentado un brusco descenso, aunque evitó en todo momento hablar de crisis, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, entró ayer de lleno en las causas de esa situación y en las medidas que ha adoptado. Pero Zapatero, que compareció ayer en el Congreso para explicar, precisamente, esas medidas forzado por el resto de grupos parlamentarios, quiso pasar al ataque y defendió con vehemencia que las arcas públicas están "más preparadas que nunca" para hacer frente al aumento del desempleo --424.500 personas más en junio de este año respecto a junio del 2007-- y al aumento de la inflación, que se ha instalado en el 5,1%, con el objetivo de atender a los que más sufran esa situación. Y que hay "políticas de izquierda y de derecha", acusando a Mariano Rajoy de "abandonar las ideologías".

Zapatero fue al hemiciclo del Congreso con el objetivo de desgranar las distintas medidas adoptadas y comparar los datos de la economía española con los países del entorno europeo. Pero precisó que su obsesión será la de cumplir con todos sus compromisos sociales, con especial atención a los que más lo necesiten, afirmando que en situaciones como la actual "hay algunos que nunca tienen dificultades".

MAYOR COBERTURA Datos y datos. Zapatero, consciente quizá de que el Gobierno adolece de falta de comunicación, insistió en que el Ejecutivo ha logrado en los últimos años avances importantes para los trabajadores y los asalariados. Incidió en que la tasa de cobertura del desempleo, que era del 64,2% en 1993, y que descendió hasta el 59,9% en el 2002, ha alcanzado ahora el 83,9%. Reiteró también que las pensiones mínimas son, de media, un 90% más altas ahora que en 1993 y un 40% más que en el 2002. Y añadió que el salario mínimo ha llegado a los 600 euros, un 70% más alto que en 1993 y un 35% mayor que en el 2002. E insistió en que piensa mejorar todos esos porcentajes.

¿Ha llegado todo eso a la opinión pública para mantener el crédito en el Gobierno? Zapatero, por lo menos, se esmeró en trasladar que las medidas que ha adoptado son importantes, pero que también lo son las que no aplicará. En ese sentido insistió en que no recortará gastos sociales ni aprobará un decreto ley de reforma laboral, en alusión al que quiso aplicar el PP en la última legislatura de José María Aznar y que le costó una huelga general. Y lanzó un mensaje al resto de grupos, el de su complicidad con sindicatos y patronales.

Al margen de la medida de la deducción de los 400 euros en el IRFF, que se ha aplicado ya en las nóminas de junio, Zapatero se preguntó por las políticas que están llevando a cabo otros países europeos que también se han visto muy perjudicados por el aumento sin control del petróleo, que ha pasado en un año de 70 a 140 dólares. Según Zapatero, ningún país como España se ha enfrentado con mayor determinación al poner en marcha 47 medidas y "movilizar más de 65.000 millones de euros".

Pero el líder de la oposición, Mariano Rajoy, le cuestionó una y otra vez a Zapatero la falta de confianza que su Ejecutivo estaría causando en la ciudadanía y que es clave para remontar una situación de crisis.

FALTA DE CREDIBILIDAD Rajoy consideró que no era su momento para ofrecer alternativas. Solo blandió un documento, que el PP presentó hace una semana, con medidas para limitar el gasto público y reducciones fiscales. Insistió en que el Gobierno no supo aprovechar la anterior legislatura para buscar otro patrón de crecimiento o mejorar la productividad de la economía. Su objetivo era demostrar que Zapatero no puede ser creíble cuando ha ido cambiando en pocas semanas todas las previsiones de crecimiento para este año y para el 2009. E incidió en que, antes de acometer determinadas políticas, hay que conocer el diagnóstico real y que Zapatero es incapaz de hacerlo. "Dice usted que el euríbor ha tocado techo y debería no ser tan soberbio", le espetó. Rajoy le acusó de "engañar a los españoles" al no asumir lo que se avecinaba justo antes de las elecciones.

LA REPLICA Y el presidente se lanzó a la yugular de Rajoy, aportando las previsiones de crecimiento para España de los distintos organismos internacionales a lo largo del último año y precisando que todos, desde el FMI hasta la OCDE y la Comisión Europea, han ido cambiando sus datos en las últimas semanas y meses debido a la evolución del precio de los carburantes y de las restricciones en el crédito por parte de los bancos. "No le acepto que diga que engaño a los españoles", le espetó a Rajoy.

Zapatero ofreció confianza, sin esconder que el Gobierno no podrá intervenir en cuestiones en las que no puede hacer gran cosa. Pero el presidente comprobó que carece de apoyos estables y que tendrá serias dificultades para sacar adelante los presupuestos del 2009.