"Pasión por la educación no me falta; ambición por su mejora, tampoco". Con este lema, el presidente del Gobierno se comprometió ayer a poner en marcha una batería de medidas con la que aspira a dar un giro copernicano al sistema educativo español, que el informe PISA ha evidenciado que se sitúa en el furgón de cola, para colocarlo entre los que sacan mejores notas. "Es mi empeño personal, pero es sobre todo un gran objetivo nacional", aseguró José Luis Rodríguez Zapatero.

Zapatero, que fue muy criticado tras la publicación del informe por culpar de los malos resultados al "fracaso histórico", enmendó esta afirmación y dedicó la primera parte de su discurso en el foro electoral del PSOE sobre educación y cultura a presumir del avance experimentado por el sistema educativo en los últimos 30 años.

Después defendió la "calidad" del sistema, pero sin el entusiasmo con el que, a lo mejor, hubiera apoyado a las escuelas sin el demoledor informe que pone de manifiesto que la educación no avanza, ya que en aspectos básicos como la comprensión lectora España cae del puesto 17º al 27º entre los 30 países de la OCDE. "No tenemos una educación por detrás de lo que es hoy este país", aseguró Zapatero, para a renglón seguido admitir que es necesario mejorarla, "y mucho".

PAQUETE DE MEDIDAS Tras ello, se mostró convencido de que "ha llegado la hora" de ponerse a trabajar y desgranó el paquete de medidas y objetivos que se compromete a llevar a cabo si vuelve a ocupar la Moncloa, con el fin de que los españoles "estén en igualdad de condiciones con los de los países que tienen mejores sistemas educativos". Todo ello sin aprobar ninguna ley educativa más porque, en su opinión, el sistema necesita de "estabilidad". Reconoció, de esta forma, que la reforma de las leyes educativas con cada Gobierno ha hecho un flaco favor al sistema.

Entre las medidas concretas, Zapatero prometió ayudas para el 50% del alumnado de bachillerato y formación profesional (FP), premios para los mejores estudiantes y la creación de 300.000 nuevas plazas para niños de hasta 3 años. El jefe del Ejecutivo consideró que el mayor reto es que los alumnos mejoren sus conocimientos de lengua, matemáticas e inglés, para lo que se fomentarán programas de apoyo para buscar soluciones. Luchará para reducir los índices de abandono escolar de tal forma que cuatro de cada cinco jóvenes vayan más allá de la formación obligatoria (el 80%, 10 puntos más que el actual).

En cuanto a las universidades, prometió una inversión de unos 2.300 millones de euros (1,5% del PIB) entre el Estado y las comunidades autónomas en las universidades, con el fin de que los centros españoles estén entre los 10 mejores del mundo. Como la educación es una competencia transferida, y el Gobierno no puede asumir estos compromisos solo, se comprometió a convocar una conferencia de presidentes autonómicos exclusivamente sobre este tema.

Zapatero dedicó la última parte de su discurso a la cultura y comprometió su fomento con la creación de un canal temático público, un Centro Nacional de Artes Visuales, una Agencia de las Industrias Culturales y un plan de apoyo a la lectura.