Doble cambio de escenario. En Madrid, tras dos semanas de reproches, el rechazo al plan Ibarretxe propició ayer una imagen de unidad entre el Gobierno y el PP. El presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder conservador, Mariano Rajoy, aparcaron sus diferencias para prometerse lealtad mutua y abrir un cauce de diálogo sobre las reformas territoriales pendientes: las de la Constitución, los estatutos y el sistema de financiación autonómica. Y desde Euskadi, por vez primera, Batasuna ofreció un acuerdo político que implique el fin de ETA pero no la independencia vasca.

La firmeza que Zapatero exhibió el jueves ante el lendakari, a quien advirtió de que su plan soberanista "nunca se aprobará y jamás se aplicará" mientras él presida el Gobierno central, forzó a Rajoy a reorientar su estrategia. En su encierro de dos días en el Parador de Sigüenza, la cúpula del PP debatió que Rajoy ofreciese a Zapatero un pacto de salvación nacional para preservar la unidad de España ante la amenaza nacionalista. Sin embargo, la contundencia del jefe del Ejecutivo en su entrevista con Ibarretxe impulsó a Rajoy a bajar el diapasón y conformarse con un vago compromiso de consenso en materia territorial.

ACUERDOS A CONCRETAR En las dos horas y media de reunión, el único acuerdo alcanzado es, según manifestaron a la salida el propio Rajoy y la vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega, el de "constituir una comisión para la negociación y la concreción de las bases de acuerdo" entre el Gobierno, el PSOE y el PP respecto a la reforma constitucional, los cambios estatutarios y la mejora de la financiación autonómica.

Si Rajoy llegó al palacio de la Moncloa con la propuesta del PP por escrito, Rodríguez Zapatero le recibió con su propia oferta: la de "abrir el diálogo" sobre estas reformas institucionales para que "estén respaldadas por el máximo consenso y avance dentro de la lealtad constitucional de Gobierno y oposición". Un diálogo que el presidente ya ofreció a Rajoy en su discurso de investidura, el 15 abril, y en su primer encuentro en la Moncloa, el pasado mes de mayo, sin que el líder del PP adquiriese compromiso alguno.

Al finalizar la reunión de ayer, el dirigente popular se declaró "muy satisfecho" porque, según expuso, el presidente del Gobierno se había mostrado "muy receptivo" ante sus planteamientos. Sin embargo, tuvo que admitir que la creación de una comisión mixta PSOE-PP sólo entraña la apertura de un cauce de diálogo bilateral, y no garantiza, ni mucho menos, la consecución de acuerdos sobre el modelo de Estado.

OFERTA DE APOYO En todo caso, Rajoy adelantó a Zapatero la disposición del PP a respaldar al Gobierno en el Congreso si este acercamiento hace peligrar su estabilidad parlamentaria. Dicho con distintas palabras, el líder conservador ofreció respaldo presupuestario al PSOE si Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) le retira su apoyo en represalia por el acercamiento al primer partido de la oposición.

No tardó Fernández de la Vega en precisar que la oferta de Rajoy era baldía, pues el Ejecutivo cree perfectamente compatible negociar las reformas territoriales con el Partido Popular y mantener la colaboración con sus socios parlamentarios. En todo caso, la vicepresidenta acotó los límites de este diálogo territorial al aclarar que para la reforma constitucional es "imprescindible el apoyo del PP", y para modificar los estatutos es "absolutamente conveniente", pero en absoluto inexcusable.

Mientras Rajoy evitó concretar si la comisión mixta PSOE-PP debería analizar la reforma del Estatuto antes de su aprobación en el Parlamento catalán, Fernández de la Vega advirtió de que no se debatirá hasta que en Cataluña se alcance el consenso.

CAMPAÑA EUROPEA En el rechazo al plan Ibarretxe la coincidencia entre Zapatero y Rajoy fue plena. Ambos prefieren adelantar el pleno de Congreso que tumbará el proyecto, previsto para el próximo 8 de marzo pero que podría celebrarse el 1 de febrero. Así zanjarían el debate y evitarían que éste afecte a la campaña del referendo sobre la Constitución europea, que empieza el 4 de febrero.

"EL BLAIR ESPAÑOL" Poco antes de que finalizara el encuentro llegó a la Moncloa la carta en la que Batasuna ofrece a Zapatero la búsqueda de un acuerdo político entre las fuerzas vascas, nacionalistas y no nacionalistas, que desemboque en el fin definitivo de ETA. La formación de Arnaldo Otegi, que ofrece su renuncia a lograr la independencia de Euskadi y la reagrupación con Navarra y el País Vasco francés, propone a Zapatero convertirse en "el Blair español", en alusión al papel que jugó el primer ministro británico en la consolidación del proceso de paz del Ulster.