José Luis Rodríguez Zapatero intentó ayer detener el incómodo eco que sus sorprendentes seis palabras de hace un par de semanas sobre el mundo aberzale han tenido desde entonces. "No van a ser en balde", dijo el presidente del Gobierno el pasado 20 de octubre, en referencia a los pasos de Batasuna durante los últimos tiempos para marcar distancias con ETA. Ayer, poco después de que el PP le acusara de cometer una "grave irresponsabilidad" y montar un "gran lío" con sus declaraciones, fue más cauto: de la certeza acerca de los resultados de dichos movimientos pasó a la mera posibilidad. Los mensajes de la formación ligada a ETA, dijo, "no valen" pero "pueden tener consecuencias".

En su respuesta en el Senado a Mar Caballero, de UPN, el jefe del Ejecutivo se detuvo en varios aspectos en torno a las declaraciones, desmentidos, acusaciones y especulaciones sobre ETA y la hipotética vuelta de Batasuna a la pugna electoral, que en Euskadi tiene su cita más próxima en los comicios municipales de mayo. La banda, sostuvo, "está más débil que nunca". El Gobierno ni va a "cambiar" su exitosa política antiterrorista ni tiene "prisa" alguna en que la formación aberzale vuelva a las instituciones. Hay que tener "sentido de la responsabilidad colectiva" y apartar tan sensible asunto de la "confrontación política". Hay que estar "unidos". Y Zapatero, a tenor de lo ocurrido en estos últimos días, teme que dicha unión quede desterrada y se vuelva a un escenario como el de la pasada legislatura.

Esta última reflexión del presidente del Gobierno --"me preocupa que algunas fuerzas políticas puedan pensar que me he posicionado en la lucha contra ETA en una perspectiva de interés partidista", dijo en el Senado-- iba dirigida en especial a un PP en el que se han activado las luces de alarma tras ese "no van a ser en balde". Ayer, en la COPE, el coordinador de Justicia y Libertades Públicas de los conservadores, Federico Trillo, opinó que Zapatero había incurrido con sus palabras en una "grave irresponsabilidad". Y en Radio Euskadi, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, socio del Ejecutivo vasco del socialista Patxi López, le acusó de "pensar más en los votos que en la paz y en la libertad", al haber montado "un gran lío" por "dar bola" a los aberzales.

LA RECETA DE LA LEY "A pesar de que hemos oído cosas de Batasuna que no se oían habitualmente, estas no sirven. No valen. ¿Que pueden tener consecuencias? Pueden tenerlas", explicó Zapatero, que también repitió la receta recogida en la ley de partidos para que Batasuna se presente otra vez a las elecciones --"o rechaza la violencia de ETA o ETA desaparece"-- y expresó un deseo: "Que todos tengamos la fortaleza, la responsabilidad y el sentido histórico para que en este momento en el que ETA está más aislada que nunca, los demócratas estemos más unidos que nunca".

Habrá que esperar para saber si el mensaje del jefe del Ejecutivo, esa rebaja de su optimismo sobre la vuelta de Batasuna a la legalidad, logra tranquilizar al PP. Las primeras señales no van en ese sentido. Tras el debate, el presidente de los conservadores en Andalucía, Javier Arenas, dijo que la respuesta de Zapatero no era "muy convincente".