José Luis Rodríguez Zapatero denunció ayer el muro que EEUU está construyendo en la frontera con México y con el que George Bush pretende frenar la entrada de inmigrantes irregulares y mercancías prohibidas en el país. El jefe del Gobierno español introdujo la crítica en el brindis de la cena que le ofreció el presidente mexicano, Felipe Calderón, la noche del lunes (madrugada en España). Zapatero obvió cualquier referencia a la verja de tres metros que el Gobierno español empezó a construir a principios de los años 90 en Ceuta y Melilla y que, hace dos años, su Ejecutivo ordenó elevar a seis metros.

"La pobreza es hoy en día la principal causa de los movimientos migratorios incontrolados, que tantas vidas truncan en su camino, que tantos sufrimientos acumulan", afirmó durante la cena en el Palacio Nacional de México. "No hay muro, por alto, ancho o largo que sea, y cualquiera que sea el material que lo conforme, que pueda imponerse al sueño de una vida mejor", añadió el presidente español.

EN CEUTA Y MELILLA Bush aprobó el año pasado la ley con la que pretende construir 1.126 kilómetros en cuatro estados fronterizos con México. En España, la valla entre Marruecos y la ciudad española de Ceuta mide 8 kilómetros y la de Melilla, 11. En otoño del 2005, el Gobierno las reforzó y elevó algunos tramos hasta los seis metros de altura después de los asaltos masivos de inmigrantes.

Horas más tarde, en su discurso en el Senado, Zapatero quiso recalcar que la política de inmigración de su Ejecutivo está basada en una condición "imprescindible" para él: "la legalidad". "Sólo la legalidad asegura los derechos y la dignidad de las personas que deciden emigrar", dijo en la Cámara alta mexicana.

Pese a esta pulla a EEUU sobre inmigración, el viaje de Zapatero a México y Panamá, adonde llegó ayer por la tarde (de noche en la Península), ha tenido un marcado carácter económico. En su primera visita a la capital centroamericana, el jefe del Ejecutivo se reunió con el presidente, Martín Torrijos (socialdemócrata), con el que tenía previsto --ya de madrugada en España-- hacer un recorrido por el canal que conecta el Atlántico y el Pacífico.

EL OLOR DEL DINERO La ampliación de la gran obra de ingeniería empezará este mismo año. Los empresarios de todo el mundo han olido dinero y algunos de los españoles acompañaron a Zapatero en su estancia de ocho horas en Panamá. El proyecto, con un coste de casi 5.000 millones de euros, dará trabajo a 4.000 personas hasta el 2014, cuando se espera que esté completado. Cuando concluyan las obras podrán pasar 18.000 barcos al año, 4.000 más que actualmente y de mucha más capacidad que los actuales.

Según el Ejecutivo español, Panamá ofrece "estabilidad social y política" gracias al resultado del "éxito de las políticas" que el presidente Torrijos puso en marcha cuando llegó al poder, en el 2004. El país centroamericano, con una desigualdad económica abismal, en el que el 40% de la población es pobre, vive también la fiebre del ladrillo y está creciendo al 8%, casi el triple que en España.