José Luis Rodríguez Zapatero admitió ayer en público que el plan de ajuste aprobado en mayo, que incluyó la congelación de las pensiones y el recorte del sueldo de los funcionarios, supone una "contradicción" ideológica para un político de izquierdas. Zapatero afirmó en un acto con representantes de América Latina que pertenecían a varios sectores de la economía que, en estos momentos, la principal misión del Gobierno es controlar el déficit, y eso, añadió, obliga a dejar de lado las ideologías y "seguir el sentido común".

"Es verdad que la izquierda, siempre tan apasionada dialécticamente, también tiene sus contradicciones. Que me lo digan a mí en estos momentos", afirmó el jefe del Ejecutivo. Zapatero enumeró los principios de la izquierda (cohesión social, igualdad de oportunidades, desarrollo de los derechos...) y añadió que, para llevarlos a la práctica, se necesita que la economía funcione. "Esos recursos se generan cuando la economía funciona y un principio que debes cumplir es que no puedes tener un endeudamiento excesivo. Parece muy elemental, pero es verdad que desde la izquierda se discute", declaró.

AVANCE DE LA DERECHA El presidente del Gobierno hizo estas reflexiones en respuesta a la pregunta de una de las participantes en el Encuentro Agora, organizado en Madrid por la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas. La persona que le interpeló y a la que le hizo esta reflexión se interesó en su pregunta por el triunfo de partidos de derechas en las diferentes regiones del mundo desde que estalló la crisis.

A juicio del jefe del Ejecutivo español, esas victorias no suponen que las políticas neoliberales se estén imponiendo para afrontar la crisis. De hecho, en su opinión, las recetas que están ganando peso para ser aplicadas a nivel global son "progresistas" y así se verá "dentro de unos años". Zapatero citó la mayor regulación de los mercados, el refuerzo de las instituciones internacionales "y de lo público", el interés por frenar el cambio climático y el empeño en alcanzar los Objetivos del Milenio para luchar contra la pobreza en el planeta. Esta respuesta "progresista", afirmó el jefe del Ejecutivo, está encabezada por los países de la Unión Europea, que es la institución que está siendo más "firme y exigente".

En cuanto a ese relevo entre izquierdas y derechas, aseguró que hay que interpretarlo siempre desde el punto de vista nacional. Dependerá, dijo, del tiempo que el partido lleve en el Gobierno, de su gestión o de la alternativa que se presente.

EMPRESAS ESPAÑOLAS En su discurso introductorio, Zapatero sugirió a los países de América Latina que aceleren y "racionalicen" los procesos de integración política y económica para poder medirse en igualdad de condiciones con los grandes actores del mundo. También reconoció que, gracias a que la región suramericana no se ha visto afectada por la crisis financiera, muchas empresas españolas han podido compensar sus pérdidas en el resto del mundo.