El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha anunciado una nueva reforma de su Gabinete a fin de agotar la legislatura. La catalana Carme Chacón será la nueva ministra de Vivienda en lugar de María Antonia Trujillo; el hasta ahora director del Instituto Cervantes, César Antonio Molina, tomará el relevo de Carmen Calvo al frente de Cultura; y el científico Bernat Soria asumirá la cartera de Sanidad en lugar de Elena Salgado, que pasará a ser la responsable de Administraciones Públicas en sustitución de Jordi Sevilla.Esta reestructuración es la cuarta que lleva a cabo el jefe del Ejecutivo y tiene lugar al día siguiente de concluir el debate del estado de la nación, en el que el dirigente socialista reiteró que cumplirá las previsiones electorales y que agotará la legislatura, por lo que convocará comicios generales el próximo mes de marzo.La anterior modificación del Gobierno de Zapatero se produjo el pasado 12 de febrero con el nombramiento de Mariano Fernández Bermejo como ministro de Justicia, en sustitución de Juan Fernando López Aguilar, quien se presentó como candidato a la presidencia del Gobierno canario por el PSOE.Cinco meses antes, Zapatero decidió el nombramiento de Joan Clos como ministro de Industria, ante la candidatura de José Montilla a la presidencia de la Generalitat en las elecciones catalanas del 1 de noviembre.El cambio más profundoLa reestructuración más profunda llevada a cabo por el jefe del Ejecutivo se produjo el 7 de abril del 2006, tras el abandono del Gobierno de José Bono, ministro de Defensa, y afectó además a las carteras de Interior y Educación y Ciencia.Zapatero decidió estos cambios en su Ejecutivo en un momento clave de la legislatura, coincidiendo con el anuncio del alto el fuego permanente de ETA. Bono fue sustituido por José Antonio Alonso, que abandonó Interior, cartera de la que se hizo cargo Alfredo Pérez Rubalcaba, hasta entonces portavoz del Grupo Socialista en el Congreso.También cesó la ministra de Educación, María Jesús Sansegundo, que fue sustituida por Mercedes Cabrera Calvo-Sotelo, hasta entonces presidenta de la Comisión de Educación del Congreso.