El jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, reivindicó hoy el papel del Estado para impulsar el crecimiento tras la crisis y garantizar la cohesión social, "bien público inestimable" que sólo se puede preservar desde lo público, mientras que "el mercado está para otra cosa". Invitado por el presidente ruso, Dmitri Medvédev, Zapatero defendió este planteamiento en la sesión plenaria de la conferencia internacional "El Estado moderno y la seguridad global", organizada en la localidad rusa de Yaroslavl.

Antes mantuvo una entrevista bilateral con Medvédev, en la que ambos constaron la buena marcha de las relaciones políticas y económicas y apostaron por avanzar en el acuerdo de cooperación energética firmado en marzo pasado, cuando el mandatario ruso visitó Madrid. Se mostraron, además, de acuerdo en mejorar el entendimiento entre la UE y Rusia durante el primer semestre de 2010, cuando España presidirá la Unión Europea.

En su discurso ante la conferencia, Zapatero aseguró que no es ningún "estatista", pero se mostró convencido de que, "con fracturas sociales, la crisis sería mucho más grave". "Y de ahí que el Estado deba comprometer recursos públicos ante situaciones de desempleo y de dificultad económica", recalcó. A su juicio, la crisis ha puesto de manifiesto que "la recuperación no se la podemos confiar sólo a la inversión privada y a los mercados" y que es el momento de reivindicar el papel del "Estado social", tras décadas de una ideología de recelo frente a lo público.

Hoy nadie duda, dijo, de la necesidad de contar con una supervisión pública de los mercados financieros o de que son los poderes públicos quienes deben impulsar la lucha contra el cambio climático. Zapatero destacó en este contexto la importancia de la próxima cumbre del G-20 de Pittsburg (EEUU) y mostró su confianza en que se apruebe "una carta de la economía sostenible" que siente las bases del nuevo crecimiento económico.

En su reivindicación de lo público, defendió el valor de los partidos políticos y de los representantes de los ciudadanos y recordó, ante un público mayoritariamente ruso, que el pluralismo y la libertad de prensa son condición imprescindible para la democracia. Al margen de la economía, Zapatero situó como primera misión de los Estados garantizar la seguridad frente al terrorismo y la criminalidad organizada.

Tras recordar la lucha contra ETA y el terrorismo internacional, apostó por la cooperación internacional y aprovechó la ocasión para agradecer la colaboración de Francia a su primer ministro, François Fillon, también invitado a la conferencia de Yaroslavl. "Hemos conseguido reducir mucho la actividad terrorista, aunque aún conservan capacidad de hacer daño", apuntó Zapatero. Luchar contra el terrorismo, manifestó, exige la convicción de que "los terroristas no pueden hacer cambiar el orden político ni alterar las decisiones democráticas con sus acciones criminales; esa es la garantía de su desaparición".

El presidente del Gobierno, que fue invitado por Medvédev a Yaroslavl como futuro presidente de la UE, se comprometió a trabajar en ese semestre por un orden internacional "justo y equilibrado", lo que, recalcó, "necesariamente nos hace mirar a Rusia". La Cumbre UE-Rusia se celebrará en primavera y el objetivo español es dar un salto cualitativo a las relaciones tanto en materia energética como de seguridad con un nuevo acuerdo de cooperación. En este contexto, Zapatero se mostró dispuesto a estudiar a fondo la propuesta rusa de construir un área de seguridad euroatlántica, iniciativa de "gran valor histórico".

Medvédev, por su parte, se declaró convencido de que el semestre de Presidencia española de la UE servirá para lograr un mejor entendimiento entre las dos regiones. El jefe del Ejecutivo español se mostró también muy optimista sobre el futuro de las relaciones bilaterales con Rusia -"son mejores y más intensas que nunca"- y abogó por encontrar nuevos campos de cooperación.

En su entrevista bilateral, según fuentes del Gobierno español, ambos se comprometieron a profundizar en su acuerdo energético, que busca garantizar el abastecimiento de petróleo y gas a España y facilitar los intercambios accionariales entre empresas. No hablaron de la decisión de General Motors de vender Opel al fabricante de componentes austríaco-canadiense Magna, en consorcio con el banco estatal ruso Sberbank, que podría derivar en el recorte de 1.642 puestos de trabajo en la planta de Figueruelas (Zaragoza). El único acuerdo concreto fue que 2011 será declarado el año de Rusia en España y el de España en Rusia.

Antes de volver a Madrid, Zapatero felicitó a Medvédev por su 44 cumpleaños y le regaló una fotografía del artista gijonés Germán Gómez y un jamón ibérico. Recordaba con este segundo presente el veto ruso a la importación de carne de cerdo española en mayo, tras detectarse los primeros casos de gripe A.