El presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó que no ve "grandes diferencias" entre ser investido en primera vuelta por mayoría absoluta del Congreso, o en segunda vuelta sólo con los votos del Grupo Socialista, y recalca que lo que le interesa es gobernar con "fidelidad" al programa con el que ganó las elecciones. Zapatero insiste además que, de cara al conjunto de la legislatura, mantendrá abierta "la misma capacidad de diálogo" con el resto de grupos políticos, independientemente de que "se abstengan o den el sí" a la investidura. El jefe del Ejecutivo en funciones recuerda que los 169 escaños con que cuenta el PSOE representan el respaldo de más de 11 millones de españoles, por lo que, tanto en el debate de investidura como en las conversaciones que mantenga estos días con dirigentes políticos subrayará su intención de "llevar adelante un proyecto político que responda lo más fielmente" a sus compromisos electorales, "en los principios y en las ofertas concretas". Además, asegura que insistirá también en su "máxima capacidad de diálogo con todas las fuerzas políticas", de modo que, a su juicio, ser investido presidente en primera o segunda vuelta no tendrá impacto en el desarrollo de la legislatura y la estabilidad del Gobierno. "La legislatura empezará igual, el Gobierno funcionará exactamente igual y como dije la noche electoral tendré la voluntad de ser el primero en contribuir a que tengamos unos cuatro años de más diálogo y menos crispación", recalca. En la misma línea, Zapatero refuta la interpretación de que la elección del presidente del Congreso, José Bono, también en segunda vuelta y sin mayoría absoluta pueda augurar una legislatura tensa. "A lo mejor sucede lo contrario", estima, argumentando que la legislatura pasada, con Manuel Marín elegido al frente de la Cámara Baja por mayoría absoluta, fue precisamente un periodo "de bastante tensión".