Esta vez, José Luis Rodríguez Zapatero no ha podido evitar las filtraciones y fuentes del Ejecutivo confirmaron que el presidente está ultimando una remodelación del Gobierno. Las novedades más destacadas serían la tan anunciada salida del vicepresidente económico, Pedro Solbes, a quien sustituiría la actual titular de Administraciones Públicas, Elena Salgado, así como la entrada en el Gabinete del presidente andaluz, Manuel Chaves, que asumiría una nueva vicepresidencia encargada de la política territorial.

Además, Magdalena Alvarez, eterna candidata a salir del Gobierno, y que hasta ahora siempre había sobrevivido, abandonaría el Ministerio de Fomento. En su lugar, Zapatero podría situar a un hombre de su máxima confianza, el gallego José Blanco, quien, según fuentes del Ejecutivo, estaría dispuesto a aceptar siempre y cuando pueda mantener su cargo de número dos del PSOE. Al mismo tiempo, el presidente quiere reestructurar algunos ministerios, fusionando competencias entre ellos.

Zapatero evitó ayer confirmar --aunque tampoco desmintió-- estos cambios. Era el día de su anhelada reunión con el presidente estadounidense, Barack Obama, y por eso, en una rueda de prensa en Estambul después de la bilateral hispano-turca, se limitó a recordar que la remodelación solo depende de él. "Cada uno es libre de dar la información que quiera; ya veremos si acierta o no", señaló, informa Pilar Santos.

Inicialmente, la intención de Zapatero era llevar a cabo los cambios el próximo martes y reunir por primera vez al nuevo equipo el miércoles, justo antes de tomarse unos días de vacaciones. Una vez que han trascendido sus intenciones es posible que retrase la remodelación como muestra de autoridad.

En el horizonte están los comicios europeos, el 7 de junio, con la opción de una victoria amplia del PP. Pero la realidad más cruda se impone, y no es otra que una crisis económica que aún no ha tocado fondo --pese al voluntarismo de Zapatero y de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega--. Este escenario obliga al Gobierno a planificar a medio plazo. Solbes ya había dado muestras públicas de su cansancio, hasta el punto de que se planteó no repetir en las últimas generales. Y ahora, patronal y sindicatos no habían escondido su interés en un cambio en el área económica.

CAMBIO CON RIGOR Su sustituta, Salgado, es una mujer discreta y rigurosa, como demostró en su etapa como ministra de Sanidad, que desde un principio ha contado con la total confianza de Zapatero. Ahora, como titular de Administraciones Públicas, se encargaba de las relaciones con las comunidades autónomas. Por ejemplo, era la interlocutora del Gobierno catalán para el desarrollo del Estatut. A pesar de las dificultades, en el tripartito destacan que se trata de una buena negociadora.

El jefe del Ejecutivo tiene preparado un nuevo plan de medidas económicas y sopesa adelantar el debate sobre el estado de la nación a la primera semana de mayo (suele ser la primera del mes de julio). Si reforma ahora el Gobierno "podría salir reforzado para encarar la crisis antes de las elecciones", aseguran fuentes del Ejecutivo.

AL OTRO LADO DE LA MESA El nuevo encargado de lidiar con los gobiernos autonómicos será Chaves. Tras casi 20 años al frente de la Junta, no es solo uno de los presidentes autonómicos más veteranos, sino un referente dentro y fuera del PSOE. Ahora le tocará estar al otro lado de la mesa, aunque como presidente del PSOE ya haya tenido que poner paz en más de una ocasión entre las autonomías socialistas. A la crisis económica hay que sumar la soledad parlamentaria del PSOE, cada vez más notoria desde la derrota en Galicia y el pacto con el PP en Euskadi, que deja en la oposición al PNV. Esas dificultades las sufre cada semana el portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, al ver que ni ERC, ni ICV, ni CiU quieren saber nada hasta que haya un acuerdo de financiación, asunto que Zapatero es consciente de que debe cerrar cuanto antes con Cataluña, si quiere apoyos en la Cámara.

Tanto CiU como ERC e ICV ya le han hecho saber al PSOE que vinculan la financiación a su voluntad de facilitar la vida parlamentaria al PSOE.

MAS AGIL Muchos dirigentes socialistas creen que urge tomar la iniciativa. José Blanco ya ha trasladado a sus cuadros autonómicos la exigencia de más tensión: "No podemos admitir que se tenga la impresión de que estamos a medio gas". El tiempo dirá si el revulsivo llega con el nuevo equipo de Gobierno.