En la agónica recta final del Estatuto catalán, José Luis Rodríguez Zapatero ha decidido volcarse en la búsqueda del consenso. Como muestra de su empeño en desbloquear la reforma estatutaria, el pasado lunes el presidente del Gobierno recibió en secreto en la Moncloa al líder de CiU, Artur Mas. La cita, auspiciada por el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, se centró en las diferencias surgidas entre PSC y CiU en torno al modelo de financiación que recogerá el Estatuto, según fuentes conocedoras de la conversación.

Tan convencido como Maragall de que Mas es más proclive al consenso que la mayoría de los dirigentes de CiU, Zapatero accedió a recibirle para reforzar su posición dentro de la federación nacionalista.

OPORTUNIDAD HISTORICA Recordó Zapatero que, en ocho años de colaboración parlamentaria con el PP, CiU ni siquiera tuvo la oportunidad de plantear una reforma estatutaria como la que ahora discute el Parlamento catalán. Por eso instó a Mas a no desperdiciar la "oportunidad histórica" que se le brinda a Cataluña, que difícilmente volverá a encontrarse con un Gobierno central tan predispuesto como el actual a reformar los estatutos. También le hizo notar el desgaste que sufriría CiU de aparecer como la principal culpable del fracaso del Estatuto.

El jefe del Ejecutivo ratificó ante Mas su compromiso de avalar en las Cortes el Estatuto que apruebe el Parlamento regional, pero siempre que concite un alto grado de consenso y que se ajuste sin ambigüedades a la Constitución. Unos márgenes que, a juicio del presidente, son mucho más amplios y flexibles de lo que parece.

Zapatero expresó su disposición a aceptar que el Estatuto incorpore un modelo de financiación catalana radicalmente distinto al vigente, aunque sólo sea como un objetivo de futuro. Eso sí, con dos condiciones: la primera, que el texto estatutario no blinde el sistema de financiación de Cataluña proclamando su supremacía sobre cualquier otra ley orgánica; y la segunda, que no se configure como un concierto económico encubierto similar al vasco, descripción que se ajusta bastante al modelo que propugna CiU.

Dentro de estos márgenes, subrayó Zapatero, en materia de financiación el Gobierno está dispuesto a estudiar fórmulas audaces que contribuyan a propiciar el consenso. Lo que no descarta, precisan fuentes socialistas, que el Congreso se reserve el derecho a corregir las sombras de inconstitucionalidad del texto.

NEGATIVA CONVERGENTE CiU declinó ayer dar su versión de la reunión. Las fuentes de CiU consultadas optaron por solicitar que, si la información se publicaba, quedara constancia de que CiU desmentía que la reunión se hubiera producido.