José Luis Rodríguez Zapatero agitará el miedo a la derecha radical para atraer al codiciado votante de centro, el menos fiel pero el más decisivo en cualquier cita electoral. Los socialistas quieren aprovechar la crisis interna del PP para contraponer la moderación de Zapatero a la "mayor radicalidad" del candidato popular, Mariano Rajoy. Mientras las encuestas siguen pronosticando una diferencia mínima entre los dos grandes partidos, los socialistas saben que su victoria depende de la movilización, aunque sea la del electorado que vota a la contra. Es ese votante que ya le dio la victoria hace cuatro años y que el 9 de marzo puede volver a ser determinante. A ellos se dirigirá Zapatero para exhibir tolerancia frente a lo que los socialistas han bautizado como el regreso del aznarismo.

La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, fijó ayer, en declaraciones a TVE, cual será el mensaje del PSOE: Los ciudadanos deberán escoger entre la "opción socialdemócrata" de Zapatero o la "opción representada por el señor Rajoy, Pizarro, Aznar, Acebes y Zaplana", cuyas posiciones "también se conocen".

La exclusión del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, de la lista del PP en Madrid, sumada a la incorporación del expresidente de Endesa, Manuel Pizarro, como número dos de la candidatura de Rajoy son, según De la Vega, una decisión de "gran calado político".

EL GUION DE CAMPAÑA En opinión de la vicepresidenta, la configuración final de las listas del PP representa el rumbo de la derecha hacia posiciones "más extremas". "Detrás de los nombres, de los ojos y de las personas, hay un proyecto, y en estos momentos la orientación del proyecto se escora hacia la derecha, hacia una mayor radicalidad", añadió la vicepresidenta.

Los estrategas socialistas saben que el perfil más conciliador que ofrece Gallardón gusta entre el electorado moderado y, con su exclusión, Rajoy ha dado argumentos a Zapatero para proclamar que los populares se alejan del centro. Además, cuando Pizarro, como hizo ayer en su presentación como fichaje estrella, cita al expresidente José María Aznar como uno de sus padrinos, también aumenta la munición en los cuarteles socialistas.

Al orgullo aznarista de Pizarro se suma la presencia en las listas de dirigentes como Angel Acebes y Eduardo Zaplana. Es decir, otro argumento para los socialistas. El portavoz parlamentario del PSOE, Diego López Garrido, definió las candidaturas del PP como una "copia" de las que Aznar elaboró en su momento. "Quien dirige verdaderamente el PP es Aznar, quien le ha impuesto Pizarro a Rajoy, igual que ha hecho con las tesis de Aguirre y las listas".

Finalmente, tanto los socialistas como Izquierda Unida intentarán que cale el mensaje de que en el PP se ha abierto la batalla por la sucesión de Rajoy, y por lo tanto, se insistirá en que ya ahora, los populares dan por perdida las elecciones. "Aquí todo lo que importa es ver quién está mejor situado para suceder a Rajoy cuando pierda el 9 de marzo", concluyó López Garrido.