El Gobierno del PP recibió con renovadas críticas la investidura del nuevo presidente de Cataluña. Aunque aseguró que el Gobierno mantendrá relaciones institucionales "normales" con la Generalitat, el vicepresidente segundo, Javier Arenas, advirtió de que el proyecto común de España "no se va a poner en cuestión aunque el PSOE se deje condicionar por un partido independentista" y no permitirá la ruptura del "proyecto común" de España recogido en la Constitución.

Eduardo Zaplana, ministro portavoz y de Trabajo, que se ha distinguido por la dureza de sus ataques al tripartito catalán de izquierdas, afirmó que no discute "el respeto y la legitimidad que merece" el nuevo Ejecutivo de la Generalitat catalana, pero que sí cuestiona el acuerdo firmado por el PSC con ERC e ICV-EUiA. Según dijo, este pacto es "muy cuestionable desde el punto de vista constitucional".