Una vez al año, en Nueva York, el Museo Metropolitan se pone sus mejores ropajes para celebrar la gala anual de su Instituto del Traje, un departamento que tiene en su colección permanente 75.000 trajes y accesorios de siete siglos y cinco continentes.

El lunes, el acto (en el que comprar una mesa cuesta más de 116.000 euros) volvió a convertirse en una de las citas obligadas de la superpoblada agenda neoyorquina. Los protagonistas de esta velada de sedas y estrellas, escotes, huesos y rendición ante los valores de la moda fueron los nombres vinculados a Chanel, la casa que centra una exposición que se abre mañana y que durará hasta el 7 de agosto.

A la gala acudieron, entre otros, Karolina Kurkova, Sheryl Crow, Claire Danes, Elle MacPherson,.Richard Gere, Donald Trump y Naomi Watts. El acto contó con la presidencia de honor de Nicole Kidman, Anna Wintour --editora de la versión estadounidense de Vogue -- y Karl Lagerfeld, el hombre que desde 1983 es responsable de la faceta creativa de la casa Chanel.

La presencia de Lagerfeld el lunes en Nueva York parecería un punto más en esta tela perfectamente bordada de una industria elevada a categoría de arte. Pero, tirando un poco del hilo, es fácil comprobar que tampoco en la moda todo es como aparenta en la superficie.

Lagerfeld cree que es "el espíritu, el cuerpo y la actitud de una persona lo que da la magia al vestido" y por eso se opone a muestras como la del Metropolitan, que ya antes ha homenajeado a diseñadores como Gianni Versace y Christian Dior. "Me gusta el hoy, no estoy interesado en el pasado --ha dicho--. Mi tarea es anticipar para Chanel lo que será moda mañana".

Esa filosofía suena bastante similar a la de Gabrielle Coco Chanel, la mujer que en el siglo XX convirtió en arte la cobertura del cuerpo, a la vez que logró que éste fuera más libre. "Yo no soy pasado ni avant-garde --dijo la diseñadora, fallecida en 1971--. Mi estilo sigue a la vida".

Si Lagerfeld no ha ocultado sus desencuentros con los organizadores tampoco ha escatimado talento, y la crítica se ha rendido a sus aportaciones para el creativo catálogo de una exposición donde, otra vez, se diluyen las fronteras del arte.

ACTRIZ DAMNIFICADA Jennifer Aniston no ha dicho públicamente ni mu sobre el romance de su exmarido, Brad Pitt, y Angelina Jolie, que pasaron juntos unos días en una playa de Kenia. Pero algunos de sus allegados ilustraron a la prensa el mal trago por el que pasa la actriz, según Sky news : Aniston está "desolada" y el hecho de toparse con su ex en la revista US Weekly jugando a la "familia feliz" con el hijo de Jolie "la ha matado".

El allegado de Aniston, que mantiene el anonimato, no ahorra sensacionalismos al describir su estado anímico: se devora las uñas y vive con un cigarrillo en los labios.

RUMOR EN LOS TABLOIDES "¿Es este niño el heredero de Mónaco?". Con esta pregunta a doble página, el diario sensacionalista Daily Mail se hacía ayer eco del segundo hijo que, en menos de un mes, le ha salido a Alberto de Mónaco. La primera fue una adolescente de 13 años hija de una camarera.

En este caso, el presunto es Alexandre, un niño que cumplirá 2 años en agosto y que, según su madre, Nicole Coste, es fruto de una relación de 6 años con el príncipe. Como pruebas --dice, porque no enseña-- tiene un test de paternidad, papeles en los que el príncipe reconoce al niño y pagos periódicos. Nicole, una azafata africana, asegura que conoció a Alberto en 1997 en un vuelo París-Niza y que en unos meses se enamoró.