La cifra de trabajadores que terminaron el año pasado en el Fogasa subió por primera vez en cinco años. A lo largo del 2019 hubo 1.303 personas que percibieron de este organismo que depende del Ministerio de Trabajo un total de 6,9 millones por salarios o indemnizaciones a los que no podían hacer frente sus empresas aunque, eso sí, la cuantía fue menor a la que percibieron un año antes los 998 empleados que se vieron igualmente abocados a recurrir al Fondo de Garantía Salarial (que se conoce por las siglas de Fogasa) para cobrar.

El repunte de este último año rompe con la tendencia a baja que se había mantenido desde el 2013, el año en el que se alcanzó el techo de la última década (con 6.443 trabajadores en el Fogasa) y tras el que se inició la recuperación de los efectos de la crisis. Es cierto que supone un salto atrás porque se sitúa en los mismos datos que en el 2017, aunque muy lejos de los peores años, en los que se llegó a quintuplicar los 1.303 trabajadores afectados ahora.

Bajan lo pagos / Lo que si continúa su tendencia a la baja es el montante de las indemnizaciones y salarios: en el año 2019 fueron en total 6,9 millones, algo menos que los 7,1 millones que se habían destinado un año antes y muy lejos de los más de 34 millones en los peores años de la crisis. Por regiones, el mayor volumen de trabajadores afectados correspondieron a la provincia de Badajoz (1.011 frente a los 292 de Cáceres) donde también se abrieron la mayoría de los expedientes que iniciaron: 977 de los 1.160 de Extremadura, según los datos del Ministerio de Trabajo. Hubo 354 empresas que recurrieron a este fondo, que se ha ido recuperando en los últimos años, después de que llegara a estar en riesgo en los peores momentos de la crisis: solo en el 2013 se tramitaron más expedientes que en los tres últimos años (3.701 en el 2013 frente a los 3.331 del periodo 2017-2019).

«Los datos del Fogasa no son fáciles de interpretar, pero llama la atención que el número de mujeres afectadas crece en una proporción mucho mayor que la de sus indemnizaciones», valora el secretario de Formación y Empleo de UGT, Ricardo Salaya. Mientras el número de mujeres que cobraron del Fogasa casi se ha duplicado, lo que percibieron se han incrementado apenas un 18% respecto al año anterior, lo que induce a pensar que los salarios que percibían eran bajos y por tanto que se trataba de trabajadoras con una baja cualificación.

Las causas no son fáciles de determinar y el hecho de que se trate de un dato aislado tampoco contribuye a sacar muchas conclusiones por la naturaleza de los datos del Fogasa. Que los trabajadores hayan cobrado de este organismo no quiere decir que hayan pasado a engrosar las listas del paro porque en muchos casos son empresas que desaparecen porque pierden un contrato, pero los trabajadores pasan a trabajar a otra empresa que desarrollará el trabajo. Por ejemplo, una empresa que tiene un contrato importante de limpieza lo pierde y no tiene forma de recolocar a sus trabajadores ni de mantenerlos, así que termina recurriendo al Fogasa. Los trabajadores cobran, pero pasan después a trabajar en otra empresa que va a desarrollar ese trabajo. Habrá que ver, por tanto, que sucede en los próximos meses.

Retrasos / Para el secretario de Acción sindical de CCOO, Alberto Franco, «no hay una explicación lógica» a los datos, aunque apunta a distintas posibles causas que pueden haber influido en ese repunte. Por un lado se refiere a «coletazos de la crisis» que pueden estar afectando aún a algunas empresas; también a que tras el repunte haya situaciones de «muchas pequeñas empresas que no ha podido hacer frente a los pagos y que son casos menos conocidos que cuando se habla de problemas en grandes empresas». Pero también habla de un problema que desde hace años denuncian en el Fogasa, relacionado con la falta de medios para tramitar los expedientes, que acaban ocasionando grandes demoras: «desde hace tiempo se producen retrasos de hasta 18 meses en la tramitación de los expedientes, por lo que algunos de los que se han gestionado en el último año podrían corresponder en realidad al anterior», apunta.