En la recta final del proceso hacia el mercado común universitario, que ha de iniciar su andadura en el curso académico 2010-2011, grupos de estudiantes han prendido la mecha de la contestación. Sus razones, carentes en la mayor parte de los casos de apoyatura, han tenido la rara virtud de espolear un debate, aunque tardío, acerca del alcance de la reforma, sobre la que planean un cúmulo de interrogantes. A continuación se plantean algunos de los más destacados.