Un total de 156 internos, de los 1.236 presos que hay en las cárceles extremeñas, el 12,62%, optan, durante su internamiento, por realizar un trabajo remunerado en los diferentes talleres que existen en los centros penitenciarios, en convenio con las empresas.

En España ese porcentaje alcanza casi el 21% de los 52.618 reclusos internos en centros penitenciarios dependientes de la Administración del Estado, según fuentes del Ministerio del Interior.

Un total de 10.831 presos, es decir, el 20,58%, se decantan voluntariamente por incorporarse a los talleres productivos, por lo que cobran el Salario Mínimo Interprofesional, fijado actualmente en 513 euros al mes.

La mayoría de los reclusos que optan por la inserción laboral suelen mantener este empleo durante el tiempo de condena y los talleres más habituales en los centros penitenciarios son los referidos a carpintería, confección industrial, manipulados, artes gráficas, cerámica y panadería.

Los centros penitenciarios de Cantabria, Castilla-La Mancha y Aragón son los que registran los porcentajes más altos de reclusos que se deciden por el trabajo remunerado, y que se sitúan entre el 28 y el 36%. En las posiciones más bajas se sitúan Asturias y Extremadura.