Los datos del Ministerio del Interior también evidencian que la violencia machista deja huella en las menores de edad. 14 chicas (11 en riesgo bajo y 3 en riesgo medio) necesitan protección porque han sido víctimas de su pareja o expareja.

Este realidad también se refleja en el último anuario de la Fiscalía de Extremadura, donde detallan cuáles son los condicionantes: «Persiste la tendencia, a la que hemos hecho referencia en años anteriores, del notable número de denuncias de maltrato en las que la edad de los agresores no supera los 25 años y la de las víctimas, en muchas ocasiones, ni siquiera alcanza los 18, y a veces, incluso se denuncian situaciones de maltrato habitual en parejas que apenas rebasan la mayoría de edad. No deja de sorprender el clima de violencia y control en el que viven muchas mujeres muy jóvenes, favorecida la situación por un entorno de tolerancia realmente preocupante en el que se ven expuestas a importantes situaciones de riesgo», reza el último informe.

Asimismo, se pone el foco directamente en las redes sociales: «En esta esfera tienen especial incidencia las nuevas tecnologías, en la medida en que proporcionan un instrumento idóneo para desplegar comportamientos de control y manipulación que provocan, en ocasiones, una verdadera sujeción de la víctima, que se ve observada y sometida en las esferas más elementales de su vida diaria. Es frecuente encontrar, en las relaciones de parejas jóvenes, cánones de intimidad compartida que se explicitan, por ejemplo, en el conocimiento de las claves de acceso a sus respectivas redes sociales, lo cual es generador, por sí mismo, de espacios de conflicto importantes además de sobrepasar los límites de la intimidad como derecho constitucional», detallan claramente desde la Fiscalía. r.s.r.