La exposición a temperturas elevadas, como las que se están registrando estos días en la región, puede provocar importantes problemas de salud, especialmente entre determinados segmentos de población. Más de 160.000 extremeños forman parte de esos grupos de riesgo ante el calor, destacando las personas ancianas, los niños menores de cuatro años, los discapacitados y los enfermos con tratamientos psicotrópicos.

El pasado 1 de junio se puso en marcha en la comunidad autónoma el Plan de Vigilancia y Prevención de los efectos de las altas temperaturas sobre la salud , que establece las medidas necesarias a adoptar por las administraciones públicas para reducir los efectos que los episodios de temperaturas muy elevadas tienen sobre los ciudadanos. Según este documento, elaborado por la Consejería de Sanidad y el Servicio Extremeño de Salud, son grupos de población especialmente susceptibles de sufrir algún tipo de afección por el calor excesivo: mayores de 65 años, lactantes y menores de cuatro años, enfermos cardiovasculares, respiratorios y mentales (demencias, parkinson), personas con enfermedades crónicas (diabéticos) u obesidad excesiva, ciudadanos con dificultades en la adaptación al calor y aquellos que están bajo determinados tratamientos médicos (diuréticos, neourolépticos, anticolinérgicos y tranquilizantes), principalmente. A estos, hay que añadir a los trabajan y ciudadanos que realizan actividades físicas (deportistas) bajo el sol, y las personas que viven solas, en la calle o en inmuebles sin refrigeración.

Los expertos explican que la exposición a temperaturas muy elevadas puede provocar una respuesta insuficiente del sistema termorregulador del cuerpo, afectando a determinadas funciones vitales. El efecto directo del calor es la pérdida de líquidos y electrolitos, ambos necesarios para funcionamiento de los órganos. Entre sus efectos están los calambres, la deshidratación, la insolación y, en casos graves, golpes de calor (problemas multiorgánicos con descoordinación, mareos, confusión, enrojecimiento y sequedad en la piel, sudoración excesiva, fiebre, desorientación, aceleración del ritmo cardiaco, dolor de cabeza, convulsiones, inconsciencia e incluso coma). El verano pasado se vieron afectados una veintena de personas por estos golpes de calor en la región; dos de ellas fallecieron --un hombre de 88 años en Cáceres y un joven de 24, en Villar del Rey--.

MAS MUERTES EN VERANO Además, el plan regional sostiene que las temperaturas elevadas tienen un impacto sobre la mortalidad, especialmente entre los enfermos crónicos, de forma que se observan incrementos en los datos de fallecimientos cuando se producen periodos de tres o más días consecutivos de calor excesivo. "En Extremadura hay una relativa sobremortalidad estival todos los años, en mayor o menor medida, alrededor del mes de agosto y que se da fundamentalmente en el grupo de personas mayores", sostiene el documento.

Ante esta situación la comunidad autónoma cuenta con un dispositivo de coordinación y atención asistencial que se activa en situaciones de alerta. Así, hay tres niveles de riesgo (cero, uno, dos y tres) en función del número de días consecutivos en los que se supere el umbral de temperaturas considerado de riesgo. Este umbral está situado en temperaturas máximas de 38 grados y mínimas de 23 en la provincia de Cáceres, y de 40 y 21 en el caso de Badajoz. Pese al calor de estos últimos días y el previsto para esta semana, el Ministerio de Sanidad no ha activado la alerta ante posibles golpes de calor, ya que no espera que se superen los valores de referencia.

Según la Agencia Estatal de Meteorología, el entorno de Mérida fue una de las zonas de la región que sufrió temperaturas más altas ayer, rozando los 40 grados centígrados a las cinco de la tarde. En Badajoz, Cáceres y Plasencia se alcanzaron los 38 grados, al igual que en Almendralejo. Para hoy se mantiene la alerta amarilla en toda la región, aunque en las Vegas del Guadiana la alerta es naranja ante el riesgo de que los termómetros superen los 40 grados.