Cerca del 17% del agua que circula por la red de distribución de la comunidad autónoma extremeña se pierde debido a las fugas, roturas de tuberías y todo tipo de averías. Sólo con el agua que se perdió a lo largo del 2002 se podría haber abastecido a una ciudad del tamaño de Cáceres durante un año y medio.

El último informe difundido esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre el uso y consumo del agua en España revela que en el año 2002 los problemas de la red extremeña de distribución de agua permitieron que se perdieran por el camino 19,56 hectómetros cúbicos.

Para hacerse una idea de lo que significa esta cantidad, hay que apuntar que la ciudad de Cáceres consume 20 hectómetros cúbicos en aproximadamente un año y medio, o que con el agua perdida se habría abastecido a toda la región durante cuatro meses. También habría sido suficiente para surtir durante todo un año tanto al sector agrario extremeño como al resto de las empresas de la comunidad.

Las infraestructuras de la red de distribución de agua transportaron el año pasado en Extremadura 116,74 hectómetros cúbicos, de los que más de la mitad --64,7 hectómetros cúbicos-- se dedicaron al consumo de los hogares de la región.

EL IMPACTO Prácticamente otro 16% fue a parar a la economía extremeña, es decir, al campo y al resto de los sectores económicos. Casi un 12% del agua fue para consumo municipal y otros usos, mientras que el 16,7% restante se perdió a causa de las averías y fugas que padece la red regional.

Además del despilfarro de agua que reflejan estos datos, también revelan un fuerte impacto económico. No en vano el volumen de agua perdida durante su distribución tenía un valor superior a los 9 millones de euros, tal y como se desprende del propio informe elaborado por el INE.

En Extremadura la situación ha empeorado con respecto al 2001, puesto que las pérdidas se han incrementado más de un 11% en ese intervalo, y la comunidad está también peor que la media nacional en este aspecto.

En España el panorama tampoco es mucho mejor. En el 2002 la red nacional de agua dejó escapar 927,4 hectómetros cúbicos. Con ese agua se habría abastecido durante tres años a los hogares de la Comunidad de Madrid o durante un ejercicio a toda la industria nacional, o bien se podría haber llenado el embalse de Orellana. Las pérdidas podrían valorarse en aproximadamente 430 millones de euros en sólo un año, algo llamativo cuando hay una discusión planteada sobre la disponibilidad de agua en algunas zonas.