El Centro de Acogida, Emergencia y Derivación (CAED) de personas migrantes habilitado por Cruz Roja en Extremadura en el Albergue Juvenil El Prado de Mérida cumplió ayer un año de funcionamiento, en el que se ha atendido a 2.832 personas con la colaboración de 283 voluntarios. Estas personas migrantes procedentes principalmente de países de África subsahariana, principalmente Guinea Conakry, Mali y Costa de Marfil, y el 80% son hombres, el 18% mujeres y el 2% menores. De ellas, 444 han sido derivados a recursos de acogida integral, 26 han solicitado asilo, 34 han abandonado el recurso y el resto ha continuado su viaje, informa Cruz Roja Extremadura.

Estas instalaciones fueron puestas en marcha en el verano de 2018 por la institución en colaboración con la Junta de Extremadura, la Delegación del Gobierno y el Ayuntamiento de Mérida para reforzar la atención que se presta por los servicios de acogida en las costas del sur del país. En este año de actividad, un total de 283 voluntarios de Cruz Roja han colaborado y participado en las diversas actividades que se desarrollan a diario en el CAED, desde la atención sanitaria y la social hasta los distintos proyectos de ocio y formación como los cursos de aprendizaje de español.

El director de Socorros y Emergencias de Cruz Roja en Extremadura, Víctor Domínguez, explica que la puesta en marcha del CAED en Mérida en apenas 48 horas fue un reto logístico dado que fue el primer centro de estas características en el país. «Gracias al voluntariado de los equipos de emergencia de la Cruz Roja se puso en marcha todo el despliegue logístico para atender de forma digna a las personas», manifiesta Domínguez, quien destaca que el esfuerzo y la participación del voluntariado se han mantenido en el tiempo hasta el punto de convertir el Centro de Acogida de Mérida en un modelo de referencia en cuanto a la puesta en marcha de protocolos en otras instalaciones similares en el país. A lo largo de este año Cruz Roja en Extremadura ha ido mejorando las instalaciones del CAED a través de diferentes actuaciones como la habilitación de un centro médico, nuevas duchas, la rehabilitación de seis bungalows, la climatización, la ampliación del número de plazas de 124 a 194 y el cierre del perímetro del albergue.

Para la responsable del CAED de Mérida, Rebeca Fernández, este primer año ha sido una «bofetada» de realidad. «Veníamos con prejuicios y con complejo de salvadores. Una vez que entramos nos dimos cuenta que de salvadores poco, somos acompañantes en este proceso de sus vidas».