Alrededor de 20.000 personas en Extremadura son dependientes social y sanitariamente, ya que requieren una atención por invalidez física y una atención médica por una patología crónica.
Este fue uno de los datos que se puso ayer sobre la mesa en la inauguración de la Jornada Coordinación Sociosanitaria en el Ambito Comunitario, organizada conjuntamente por las consejerías de Sanidad y Consumo y de Bienestar Social de la Junta.
El objetivo de este encuentro, inaugurado por la consejera de Bienestar Social, Leonor Flores, y el director general de Atención Sociosanitaria, Emilio Herrera, es impulsar la coordinación de los servicios sociales y los servicios sanitarios, de modo que "se pueda ofrecer una atención integral a personas discapacitadas y enfermas".
El escenario de fondo en el que se desarrollan las jornadas, según explicó Flores, es el Plan Marco de Atención Sociosanitaria y el Decreto 7/2006, de 10 de enero, que persiguen la creación de estructuras de coordinación de atención sociosanitaria.
"Es un reto para los trabajadores sociales y los trabajadores del Sistema Extremeño de Salud, que podrán dar una atención global, integral y personalizada a personas discapacitadas, con dependencia y con enfermedades crónicas", señaló la consejera, informa Efe.
En este sentido, añadió que "debe haber solamente un punto de entrada para conocer las necesidades de estas personas y destinarlas a un centro sociosanitario", un asunto que, reconoció, llevará tiempo, "pero que se podrá poner en práctica".
Flores aludió a últimos estudios científicos que señalan el clima de Extremadura como el mejor para atender a pacientes de este tipo. "Antes se pensaba que era la playa, pero ahora podemos presentar Extremadura como un espacio de tranquilidad para acoger a personas con dependencia o enfermedades crónicas", dijo.
El director general de Atención Sociosanitaria insistió en la necesidad de que la Sanidad y el Bienestar Social vayan de la mano, "de modo que abran una sola puerta de entrada que vehicule a la persona que acuda".
