Cada año se producen en el mundo 25 millones de abortos sin protección ni garantías, el 97% de ellos en países en desarrollo de África, Asia y América Latina, según un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Instituto Guttmacher. Casi un tercio de ellos (31%) se llevaron a cabo con poca seguridad, lo que significa que fueron realizados con un sistema anticuado o por una persona no entrenada empleando, por ejemplo, el misoprostol, un medicamento que se puede utilizar para muchos propósitos médico. Del mismo modo, alrededor del 14% de estas interrupciones fueron realizadas con métodos peligrosos como la mezcla de hierbas, que pueden derivar en complicaciones como intervenciones incompletas, hemorragias, lesiones vaginales, cervicales, uterinas e infecciones.

Este estudio pone de manifiesto que en los países en los que estaba prohibido o solo se permitía cuando la vida de la madre corría peligro, solo uno de cada cuatro se practicaron en entornos seguros, al contrario que en donde estaba legalizado, en los que la tasa de abortos con garantías se situó en el 90%.

«Cuando mujeres y niñas no pueden acceder a métodos eficaces de contracepción, se producen consecuencias graves para su propia salud y la de sus familias», advierten desde la OMS. REDACCIÓN