La clínica extremeña Los Arcos recibe cada año una media de 4.000 peticiones de mujeres portuguesas que quieren abortar. El dato lo ofreció ayer en Lisboa la directora de este centro, Yolanda Hernández, que anunció la apertura de una sede el año próximo en Portugal, de donde proceden el 60% de sus pacientes, la mayoría de entre 19 y 35 años y de nivel socioeconómico alto en un 62% de los casos.

Al margen de los datos de esta clínica, la cifra de las interrupciones voluntarias del embarazo practicadas en Extremadura ha aumentado un 136% en cinco años, pasando de las 825 de 1999 a las 1.952 del año 2004, últimos datos oficiales publicados. Se da la circunstancia de que mientras que los abortos a extremeñas en este lustro han crecido una media de 49 casos al año, los practicados a ciudadanas portuguesas lo han hecho en 152, con un auge acumulado del 266%.

Tal es así, que de las 1.952 intervenciones realizadas en el 2004 en la región, 1.036 (el 53%) fueron a mujeres lusas, 901 (46%) a extremeñas y 15 a mujeres procedentes de otras comunidades autónomas.

La razón fundamental de este incremento en Extremadura es que la objeción de conciencia de los médicos impide que se realicen abortos legales en Portugal, cuyo Parlamento discute esta semana la celebración de un nuevo referéndum sobre la cuestión, según dos expertos en esta materia. La cercanía física con la comunidad autónoma extremeña hace el resto.

El médico Miguel Oliveira, autor de un libro sobre el aborto en este país, y Yolanda Hernández, consideran que la actitud de los profesionales de la medicina ha recortado, en la práctica, la legislación.

TRES AÑOS DE CARCEL La actual ley, de 1984, impone penas de hasta tres años a la mujer que se someta a un aborto ilegal y de dos a ocho al médico que lo practique, pero admite el aborto en las primeras 12 semanas en caso de violación o si hay riesgo para la vida o la salud de la madre.

Por otro lado, Hernández reveló que su clínica cuenta con 218 profesionales lusos de la medicina que colaboran con el seguimiento de las pacientes cuando vuelven a su país y denunció que hay "doble moral" en el colectivo médico.

Aunque sólo se registran un millar de abortos oficiales, reiteró que se calcula entre 20.000 y 40.000 el número de portuguesas que abortan cada año, y se registra además un elevado número de incidencias de pérdida de embarazos --unos 11.000 casos anuales-- que pueden reflejar en parte abortos provocados.