La región se ha quedado sin 65.000 empleos a jornada completa en la última década. Significa la pérdida de trabajos que, básicamente, permiten guardar el equilibrio ante los imprevistos. Han sido sustituidos por contratos temporales y parciales, que inundan actualmente el mercado, sobre todo en el sector servicios. El 75% de estos empleos de pocas horas y sueldo reducido están en manos femeninas.