La Organización Mundial de la Salud (OMS) define enfermedad crónica como una patología de larga duración que se puede controlar, pero no curar. Y en esa definición conviven una amalgama de dolencias con las que conviven 451.861 extremeños y que van desde el dolor o la hipertensión a una insuficiencia cardiaca o el cáncer, según los datos recopilados por los facultativos del SES en el sistema informático Jara. Casi la mitad de los extremeños conviven con una enfermedad crónica y la prevalencia de todas ellas aumenta con el envejecimiento de la población, lo que supone ya uno de los más importantes retos de futuro a abordar por los sistemas sanitarios.

Por sexos, la prevalencia de las enfermedades crónicas es ligeramente superior entre las mujeres y en el caso de Extremadua esa cifra supone el 54% de los diagnósticos (248.071) frente al 45% de casos de hombres (203.790). En cuanto a las patologías más prevalentes, según la encuesta Europea y nacional de salud, el problema más común en la población extremeña mayor de 15 años es la tensión arterial alta, seguido de la artrosis y dolor de espalda y, dentro de las enfermedades más graves, la diabetes tipo 2, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (epoc), cardiopatía isquémica e insuficiencia cardiaca y la enfermedad renal crónica. La artrosis y la insuficiencia cardiaca afectan en mayor medida a las mujeres y la cardiopatía isquémica y la epoc a los hombres, según estos barómetros.

Pero es que además las enfermedades crónicas más graves (diabetes, epoc, insuficiencia cardiaca, enfermedad renal y neoplasias) comparten los mismos factores de riesgo: tabaquismo, mala alimentación, escasa actividad física, y factores ambientales (estrés, nivel socioeconómico, contaminación, etc…). Extremadura se sitúa en unos niveles de obesidad, consumo de tabaco y sedentarismo por encima de la media nacional, lo que unido al progresivo envejecimiento de la población, convierten a estas patologías en un problema de primera magnitud.

«Hablamos de la enfermedad crónica como un problema, pero no deja de ser un éxito de la humanidad. Porque hace un siglo la gente moría de enfermedades agudas, que hoy se superan», asegura la subdirectora de Atención Primaria del SES, Manuela Rubio. El ejemplo recurrente es que mientras hace 50 años una persona fallecía por un infarto, ahora muchos acaban superando ese episodio agudo, aunque se desarrolla una insuficiencia cardiaca con la que van a convivir. Será un enfermó crónico desde ese momento y la consecuencia directa es que los sistemas sanitarios están necesitando cambiar a marchas forzadas para adaptarse a una esperanza de vida que cada vez mayor (está ya en 83 años) y por tanto a un futuro en el que las enfermedades crónicas y los enfermos crónicos serán más y por más tiempo. «Ya el objetivo no puede ser solo curar, sino proporcionar la mejor calidad de vida posible a los enfermos y a sus cuidadores en los casos de las enfermedades más graves», advierte Rubio.

importantes recursos/ Las enfermedades crónicas constituyen el primer motivo de demanda asistencial en los centros sanitarios (tanto entros de salud y hospitales), tanto para el diagnóstico, tratamiento y control de la patología, como la atención a sus secuelas como la discapacidad o la disminución de la calidad de vida que ocasionan.

En concreto, la cronicidad de las enfermedades suponen el 80% de las consultas de Atencion Primaria (en el 40% de los casos son con personas de más de 65 años), el 60% de los ingresos hospitalarios, y casi el 50% del gasto farmacéutico total. En la red de centros de Atención Primaria de extremadura, compuesta por 110 instalaciones, se realizan 6,5 millones de consultas de medicinas de familia y 4,5 de enfermería relacionadas con las patologías crónicas y un millón de nuevas consultas en la red de hospitales están motivadas por los enfermos crónicos. Además, estas enfermedades causan más de 100.000 ingresos al año, principalmente en el caso de las patologías más graves o que más afectan a la calidad de vida: diabetes, enfermedad, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (epoc), la cardiopatía isquémica, la insuficiencia cardíaca y la enfermedad renal.

Coordinar esfuerzos

En el 2017 se lanzó en Extremadura la estrategia a enfermos crónicos, que se resume en unas cien líneas de actuación que abordan por un lado la promoción de la salud (promoviendo entre los enfermos crónicos hábitos para evitar los episodios agudos), por otro una mayor coordinación para atender al paciente crónico complejo (son un 5% de los casos) y se está trabajando también en los cuidados paliativos como una herramienta más dentro del proceso de atención a la cronicidad y no como una herramienta destinada únicamente a los enfermos en una situación más crítica.

El abordaje de las enfermedades crónicas requiere de un cambio importante aún por desarrollar plenamente según asumen en el SES, principalmente en cuanto a la coordinación. Se están dando pasos, aunque queda un largo camino por recorrer en el que la consigna debe ser definir las necesidades de cada persona y adaptar el trabajo médico a ellas: «debemos conseguir evitar ingresos prevenibles, que la persona viva dentro de su entorno y eso supone adaptar recursos fuera», resume la subdirectora de Atención Primaria. Destaca además el «papel fundamental» que la enfermería debe tener en ese proceso y la coordinación que se debe fomentar entre los profesionales de atención primaria, atención hospitalaria y el ámbito social. «Es fundamental que los equipos que atendemos a estas personas no trabajemos dentro de nuestra parcela, de forma aislada, sino que trabajemos de forma colaborativa. Parece sencillo pero es un gran reto», asume Rubio.