Se llamaba José María Sánchez, tenía 56 años, vecino de Malpartida de Plasencia, albañil de profesión, dedicado toda la vida a la construcción. Llevaba un par de meses en el paro (la crisis ha herido profundamente al sector), pero había encontrado un empleo. Solo habían pasado tres semanas desde que empezó su nuevo cometido. Pertenecía al grupo de trabajadores que la subcontrata Tygma, con sede en Malpartida, había enviado a Madrid para demoler a pico y pala la tabiquería interior de un edificio que se está reformando para construir pisos de lujo (en el barrio de Chamberí, en el Paseo del General Martínez Campos). El pasado martes, mientras José María y otros compañeros hacían sus labores en la cuarta planta del inmueble, al mismo tiempo, empleados de otra subcontrata usaban en la planta baja máquinas pilotadoras para abrir agujeros de 13 metros de profundidad y 12 centímetros de diámetro; la reforma de este edificio incluye plantas de aparcamiento subterráneo que ahora no existen.

Entonces uno de los muros de carga cedió, y se produjo el derrumbe. José María y otro trabajador (al que el equipo de 70 bomberos aún busca con la ayuda de maquinaria) desaparecieron bajo los escombros. Había más de 600 metros cúbicos de material acumulado en una enorme masa de acero y hormigón.

SIN PERDER LA ESPERANZA / La noticia llegó a Malpartida de Plasencia. Su familia no quiso perder la esperanza de que lo encontraran con vida. Pero tras 48 horas de angustia, su cadáver fue hallado gracias al apoyo de los perros especializados, que guiaron hasta el lugar donde se encontraba la víctima.

Pudieron identificarlo porque llevaba la documentación en el bolsillo. José María deja una viuda y dos hijos.

La noticia fue comunicada a la familia por los servicios sanitarios, con el apoyo de psicólogos del Samur.

«Lo lógico es que no haya sufrido nada porque estaba absolutamente rodeado de escombros y ninguna posibilidad de respiración», explicó ayer el delegado madrileño de Seguridad y Emergencias, Javier Barbero. «Probablemente, una enorme caída sin ningún tipo de posibilidad compatible con la vida», añadió.

El alcalde de Malpartida de Plasencia, José Raúl Barrado, se trasladó hasta Madrid para acompañar a los familiares del obrero fallecido y les trasladó el pésame del Consistorio y de todo el pueblo. «Hemos recibido la noticia con tristeza. Siempre la familia y los que hemos llegado hasta aquí hemos mantenido la esperanza. He venido para mostrar el apoyo de nuestro municipio, que ha estado en constante espera y alerta. Ahora, tras más de dos días de espera, la familia se encuentra destrozada y abatida», manifestó. «La construcción ha sido parte del motor económico del municipio, del que se pueden encontrar albañiles por toda España», agregó.

«NO DEBERÍA PASAR» / La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, también envió un mensaje a la familia: «Se hará todo lo posible para que siniestros laborales de este tipo tan dramáticos no sucedan; personas que entran a trabajar un día y no salen porque algo que no debería haber pasado, ha pasado», sentenció.

El Ayuntamiento de Malpartida de Plasencia ha convocado para hoy una concentración a media mañana en la que se guardará un minuto de silencio. Además, las banderas ondearán a media asta durante tres días.

También habrá un minuto de silencio a las 12.00 horas en la Asamblea de Extremadura.

CONTINÚA LA BÚSQUEDA / Los bomberos continúan con las labores para hallar a la otra persona desaparecida, Agustín Bello, de 42 años y vecino de Parla, que no era otro obrero, solo estaba allí de paso porque había ido a ver a su hermano, que sí estaba trabajando.

Las tareas de búsqueda están siendo complicadas porque hay un riesgo importante de desprendimientos parciales de la estructura.