Más de la mitad de la población extremeña de entre 25 y 64 años tiene un nivel de estudios inferior a la segunda etapa de la educación secundaria. En concreto, el 55% del total se encuentra en esta situación, el porcentaje más alto que se registra entre todas las regiones españolas, cifra que en el caso de los hombres llega a ser del 59,3%, por el 50,4% que se contabiliza en las mujeres. La media extremeña supera en más de quince puntos la estatal, que es del 39,9%, si bien en la comunidad autónoma esta variable ha experimentado un considerable descenso desde el 2002, año en el que arranca la serie de datos del Ministerio de Educación, cuando la tasa se situaba en el 68,2%.

La proporción de extremeños que no ha superado esta etapa formativa se va incrementando conforme se avanza en los tramos de edad. De esta manera, es del 42,8% en el que va de los 25 a los 34 años; del 44,4% en el que discurre de los 35 a los 44 años; del 62,7% de los 45 a los 54; y del 67,6% en el de los 55 a los 64.

Castilla-La Mancha y Andalucía, con un 50% y un 49%, son las siguientes comunidades autónomas con mayores proporciones de su población que no han completado esta etapa formativa. En el lado contrario, Madrid, con un 27,7%, y el País Vasco, con un 28,3%, son las que presentan mejores ratios del país.

En cuanto a quienes cuentan con educación superior, Extremadura ocupa el extremo opuesto, el más bajo, del ‘ranking’ autonómico. Apenas un 26,5% de la población de 25 a 64 años tiene este nivel de estudios (30,7% para las mujeres y 22,5% para los hombres). En este sentido, otro de los objetivos europeos es conseguir que en el 2020 el 40% de la población de 30 a 34 años posea el nivel de Educación Superior. En el conjunto del país se ha sobrepasado ya este umbral, con un 42,4%, si bien en Extremadura se sigue aún lejos de él, con un 35,8%.

SITUACIÓN LABORAL / Las estadísticas del Ministerio de Educación, realizadas a partir de una explotación de las variables educativas de la Encuesta de Población Activa (EPA), muestran también cómo el nivel formativo alcanzado guarda una relación directa con la situación laboral, de manera que la tasa de paro entre los extremeños con educación superior es prácticamente la mitad que la de quienes no han superado la segunda etapa de la educación secundaria (28,6% frente a 14,6%). En cuanto a quienes se han quedado justo en ese punto, la proporción de personas sin empleo es del 18,2%, todavía mejor que la media regional, que en el 2018 fue del 22,2%.