Seis de cada diez incendios forestales se iniciaron este verano por una negligencia o de forma accidental. Sucedió en el 59% de los casos, lo que supone un incremento de 11 puntos respecto al año anterior, en el que el 48% de los incendios tuvieron tras de sí esa causa. Es uno de los datos en los que la consejera de Medio Ambiente, Begoña García Bernal, dijo ayer que hay que incidir para mejorar la gestión de los incendios tras un año en el que la época de máximo riesgo en la región se ha cerrado con los mejores datos de los seis últimos años en cuanto a superficie afectada: entre el 1 de junio y el 22 de octubre ardieron 3.123 hectáreas en Extremadura, mil menos que un año antes, el mejor dato desde el 2012.

«No es fruto de la casualidad», destacó la consejera de Medio Ambiente, que ayer presidió el comité de dirección del Plan Infoex, que se reunió en Mérida para analizar los datos de la campaña que ha concluido hace una semana.

De las 3.123 hectáreas quemadas, 1.173 fueron de pastos; 873 de matorral y monte bajo; 600 de dehesas; 362 hectáreas de arbolado; 108 hectáreas de monte abierto y 5 de humedales. Además fue necesario activar en 13 ocasiones el nivel 1 de alerta por el riesgo que las llamas suponían para construcciones y personas.

La alerta en el operativo del Plan Infoex era máxima este verano por las condiciones que habían acompañado a la primavera (muy lluviosa) que habían llenado el monte de combustible por la cantidad de maleza acumulada, aunque después las condiciones de humedad y temperaturas fueron muy favorables. Como contraste, el final de campaña transcurrió con temperaturas muy altas y de hecho en los primeros 20 días de octubre se intervino en más de un centenar de incendios, uno de ellos en Cáceres próximo a las viviendas del Junquillo, por el que se activó el nivel 1.

los más destacados/ En todo caso, los incendios más destacados fueron los declarados en San Vicente de Alcántara, el 4 de agosto, con 117,3 hectáreas (regenerado de pinar); en Alcántara, el 21 de agosto, con 294,58 hectáreas de matorral, y Cabezuela del Valle, el 25 de agosto, con 129,58 hectáreas de hojarasca y matorral calcinadas.

En cuanto a las causas de los incendios, el 59% se debió a negligencia o accidentes y el 34% fueron intencionados. Según detalló García Bernal, un 30% de las negligencias estuvieron además relacionadas con el uso de motores y maquinaria, y el 49% con el uso del fuego en el ámbito de la agricultura y la ganadería. «Hay mucho margen de maniobra para trabajar, seguir insistiendo y concienciar al sector agrícola, ganadero y forestal en el uso del fuego y la maquinaria», señaló la consejera. Valoró, en todo caso, que las declaraciones responsables que deben presentar agricultores y ganaderos para desarrollar alguna actividad que puede ocasionar un incendio se han incrementado un 40% este año, desde los 1.009 comunicaciones del 2017 a las 1.695 del pasado verano. Según los datos aportados, más del 76% de los incendios en Extremadura están relacionados con actividades y conductas modificables en el ámbito de la agricultura, la ganadería y el sector forestal.

riesgo bajo/ Desde el 22 de octubre está activo el periodo de riesgo bajo de incendios. Eso supone que hay una serie de quemas que se pueden hacer, en concreto la que están en terrenos agrícolas, recoge Efe. Está prohibido la quema de rastrojos, salvo que se cuente con informe fitosanitario. Para el resto de casos en zonas forestales, se precisa de una declaración responsable, según recordó el responsable del Infoex, Juan Carlos Gómez.