Desde el SES explican: «La inmensa mayoría de las parejas, en caso de detección de síndrome de Down en el feto, optan por la interrupción voluntaria del embarazo. En cambio, las parejas contrarias, directamente suelen renunciar a la realización de las pruebas». Para la interrupción voluntaria, desde el SES se deriva a la paciente a uno de los centros sanitarios concertados.