Un total de 69 empresas trasladaron su sede social a Extremadura en 2018 mientras que 92 abandonaron la región, lo que arroja un saldo negativo de 23, según un estudio de Informa D&B. En consecuencia, y en términos de facturación, Extremadura restó algo más de dos millones de euros en este periodo. La comunidad mantiene un saldo negativo entre entradas y salidas desde 2015.