Que el coronavirus ha sacudido con fuerza a las residencias de ancianos es un hecho más que comprobado y en Extremadura la cifra de fallecidos por covid-19 en estos centros no ha dejado de crecer desde el inicio de la pandemia. Son ya un total de 183, lo que supone que el 70% de las muertes registradas en la región a causa de la enfermedad se ha dado en centros de mayores y residencias. La edad media de las víctimas es de 82,2 años, una franja en la que buena parte de la población suele presentar patologías que complican el cuadro de coronavirus.

Los datos los ha facilitado este martes el consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, que ha detallado además que en los 324 geriátricos de la región se han detectado 295 casos positivos de covid-19. Las residencias que a día de hoy presentan una situación más complicada son las de Arroyo de la Luz, Garrovillas de Alconétar y Valencia de Alcántara, que están intervenidas por el Servicio Extremeño de Salud (SES). Además, también se valora la intervención en las de Montánchez, Arroyo de San Serván y Coria. Y otros 50 centros reciben apoyo y soporte del SES y el Sepad ante este complicado escenario: Los Pinos, El Encinar, la residencia de Santa Amalia o la de El Cuartillo, en Cáceres, son algunas.

Al respecto, Vergeles ha explicado que cuando el SES asume la dirección de una residencia se debe a varias circunstancias, como que haya un número de contagiados elevado, que se hayan producido fallecimientos pese a darse las condiciones para el aislamiento y que también haya casos entre los trabajadores.

PERSONAL / «En ese ámbito de estar afectados esos trabajadores evidentemente tiene que asumir el papel de dirección en muchas ocasiones el SES o el Sepad», ha dicho Vergeles. Por lo que respecta a la residencia de Santiago de Alcántara, que se desalojó hace dos semanas por no contar con los permisos necesarios (los residentes fueron trasladados a la hospedería Conventual Alcántara), el consejero ha confirmado que los residentes han regresado en el día de hoy al centro, que ya sí cuenta con las autorizaciones necesarias, se han realizado reformas y se ha desinfectado.

Por otra parte, Vergeles reconoció que es cierto que algunos centros de mayores y residencias están faltos de personal, algo que según ha dicho se debe a que la Administración está encontrando dificultades para cubrir bajas porque «la gente rechaza los contratos». Ante esto se están creando bolsas y en última instancia, ha recordado que se puede utilizar la legislación del estado de alarma para "obligar a los profesionales a trabajar".

El comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de Extremadura (Cermi), también ha mostrado hoy su preocupación acerca de la situación de las residencias, en este caso de la discapacidad. Según el colectivo, faltan equipos de protección para los profesionales y usuarios y por ello hace un nuevo llamamiento público a todas las administraciones. Máxime teniendo en cuenta que este colectivo es especialmente vulnerable ante la enfermedad debido a su dependencia del contacto físico con las personas de apoyo, la convivencia en instituciones colectivas y la existencia frecuente de patologías previas.