La montanera que acaba de terminar ha contado este año con 800.000 hectáreas de dehesa según los datos del registro de la Junta de Extremadura, que se puso en marcha en el año 2010 y que se incorporó después a la revisión de la norma del ibérico en el año 2014 como una herramienta más de control para la trazabilidad de los derivados del cerdo ibérico. La normativa impone la obligatoriedad de que se inscriban en un registro las parcelas que se destinarán a la montanera para que se permita usar el término ‘de bellota’ a los derivados de los cerdos que hayan sido alimentados en esos terrenos durante la montanera. El DOE publicó el martes 16, el anuncio para la declaración de las parcelas para el periodo de 2019.