Si algo tienen claro los vecinos de las localidades cacereñas de Eljas, Valverde del Fresno y San Martín de Trevejo es que A Fala es un fenómeno extremeño y no gallego. "El falar es algo muy nuestro aunque tenga raíces galaico-portuguesas y astur-leonesas", opinó un vecino de San Martín de Trevejo, municipio del Valle de Xálima que acogió hace apenas unos días una expedición de jubilados llegados desde el municipio pontevedrés de Moaña. Entre los invitados, también estaba la diputada del Bloque Nacionalista Gallego (BNG), Modesta Riobó, quien agradeció el recibimiento dispensado por los habitantes de la comarca y recordó las similitudes que hay entre el gallego y a fala.

"Nos entendemos a la perfección falando, además no es la primera vez que tenemos contacto con nuestros amigos cacereños", dijo, en alusión a los viajes que algunos vecinos de San Martín han hecho a la población de Moaña. El vicepresidente de la Junta de Extremadura, Ignacio Sánchez Amor, también participó en el acto y dejó claro que la convivencia estaba planificada "mucho antes" de que surgiera la polémica en torno A Fala. "La tradición cultural extremeña es responsabilidad de la Administración autónomica", aseguró.

Aunque Sánchez Amor dio por finalizada la polémica, la pasada semana varias asociaciones culturales gallegas reclamaron a la Xunta de Galicia que defienda la lengua gallega en Asturias, Castilla y León y Extremadura. Mientras, en el cacereño Valle de Xálima insisten: "A Fala es extremeña".