No es la primera vez que existe una consejería de Igualdad en la estructura de la Junta de Extremadura. Ya la hubo compartiendo zona primero con Empleo y después con Cultura. Pero ahora dispone de espacio propio. Al frente está Isabel Gil Rosiña (Jerez de los Caballeros, 1982), quien expresa: «Las mujeres debemos estar en las mesas donde se toman las decisiones para que haya perspectiva de género». Su mayor esfuerzo será, dice, hacer que se ejecute el Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

-¿Qué es el machismo?

--La consecuencia de un sistema patriarcal que entiende que hay una supremacía del hombre con respecto a la mujer, que entiende que él tiene mayores derechos, situación y posición. El machismo es lo contrario a la igualdad y al equilibrio natural, que es que los derechos humanos son para todo el mundo, hombres y mujeres.

-¿Y el feminismo?

--Un movimiento que tiene siglos de historia y que quiere conseguir que los derechos humanos sean de los seres humanos, no de los hombres o de las mujeres.

-¿Por qué hay sectores que enfrentan ambos términos?

--Es fruto del desconocimiento, pero yo creo cada vez hay menos gente que sostenga que machismo es lo contrario de feminismo. O que el feminismo es que las mujeres queremos ir contra los hombres, o que odiamos a los hombres. Hay en las nuevas generaciones un mayor conocimiento de qué significa el feminismo y qué objetivos pretende.

-¿Hay un uso excesivo o inadecuado del concepto?

--Creo que no. El otro día tuvimos un debate generacional de igualdad con tres mujeres jóvenes y dos veteranas pioneras en el movimiento feminista en la región: Cati Galán de Malvaluna e Isabel Franco de Mujeres Progresistas. Las jóvenes ya no responden al patrón de militar en un movimiento feminista perfectamente estructurado, sino a otros parámetros por cómo se organiza ahora la sociedad. Y hablaban con una precisión de la terminología, una capacidad de reflexión... Las mujeres jóvenes han sabido coger muy bien la bandera de lo que empezaron Cati o Isabel o tantas mujeres hace 40 años.

-¿Se ha convertido el feminismo en un arma política?

--A lo mejor hay quien pretende convertirla en un arma política, y creo que si caemos en ese error no estamos siendo lo suficientemente inteligentes. A veces la izquierda comete errores, y en los últimos días nos hemos enfrascado en un debate absurdo en lugar de decir que sobre la mesa del Gobierno de España hay una ley que quiere proteger a las mujeres y que quiere acabar con las violencias sexuales que sufren las mujeres. En lugar de hablar de eso, nos ponemos a hablar de otras cosas, porque hay quien nos está queriendo llevar a hablar de otras cosas, y el feminismo institucional debe ser inteligente y no entrar en debates absurdos que algunos están esperando y aplaudiendo.

-¿Quiénes son esos algunos?

--Está muy claro, ¿no? La extrema derecha ha irrumpido en las instituciones, legítimamente porque los ciudadanos los han votado. Y su objetivo claro es acabar con el movimiento feminista, devolvernos a las mujeres a un pasado oscuro que no queremos ni mencionar y que está bastante superado.

-¿El feminismo es propiedad de la izquierda?

--El feminismo es ideología. Y hay ideologías que hemos tenido siempre muy claro por qué somos feministas. La derecha de este país ha estado bailando sí y no con el feminismo. Ahora este año van a ir otra vez a las manifestaciones. Pues mira, bienvenidos. Yo creo que en política hay algo fundamental: la coherencia. Y cuando no se tiene, pues se baila. Y unas veces se dice A y otras B.

-¿Entonces solo los partidos de izquierda son feministas?

--Vemos campañas estériles como la del PP que consiste en hablar bien de las mujeres de otro partido. Circunscribir los retos del feminismo en si hablamos bien de las mujeres de otro partido me parece banalizar un movimiento extraordinario. El PSOE siempre ha escuchado al movimiento feminista y sus reivindicaciones, y muchas de ellas las hemos transformado en leyes. Yo no voy a reescribir la historia, lo que han hecho otros partidos con leyes igualitarias que incluso las han recurrido, está ahí.

-¿Hay un importante desfase entre la teoría y la práctica feminista?

--Eso depende de la voluntad política de quien gobierne. Hace unos meses, las calles y plazas de este país se llenaron de hombres y mujeres que decían que no era abuso, sino violación, y tenemos un gobierno que ha puesto sobre la mesa un proyecto de ley, que se tiene que mejorar, pero que ahí está.

-¿Por qué se necesita una consejería de Igualdad?

--Porque la políticas públicas de igualdad deben tener ya en la estructura del gobierno la misma razón de ser que las económicas.

-¿Qué puede hacer la Junta en materia de Igualdad?

--Tenemos que ser capaces de meternos poco a poco como lluvia fina en el programa político y en las decisiones que tome la Junta. Ya lo veníamos haciendo. En la pasada legislatura se pusieron en marcha las unidades de Igualdad en cada consejería, de manera que los decretos que se sacan desde Empleo o Agricultura, por ejemplo, tienen necesariamente esa mirada desde la perspectiva de género. Por ejemplo, cuando se crean subvenciones para fomentar el empleo a tiempo completo y reducir así la parcialidad, la bonificación es mayor cuando la empresa privada contrata a una mujer. Responde a la estadística que dice el 60% de los parados en Extremadura son mujeres.

-Su consejería es la más transversal. ¿El futuro pasa porque no tenga que existir porque ya se ha implantado la perspectiva de género en la toma de decisiones?

--Lo transversal está muy bien pero tiene que haber alguien que se encargue de ello, como no se obligue... Un ejemplo: hace años el Gobierno de Zapatero puso en marcha la ley que decía que las empresas de 250 trabajadores debían tener planes de igualdad. Ha sido necesario que en 2019 un nuevo gobierno del PSOE aprobase un real decreto para rebajar de 250 a 150, y hay que seguir obligando a que se cumpla.

-Sigamos con la parte práctica. ¿Usted se ha sentido discriminada en política por ser mujer?

--En los partidos políticos también hay machismo. ¿Cuánto? Tanto como en la sociedad.

-¿También en su partido?

--Sí, tanto como en la sociedad. Tengo que reconocer el esfuerzo de mis compañeros criados y educados en un tiempo en el que esto no interesaba a mucha gente.

-Machismo, paternalismo... ¿Qué situaciones destacaría?

--Entré muy joven en política y empecé pronto a asumir responsabilidades. He sufrido ese paternalismo sobre todo porque a las mujeres siempre se nos busca un padrino en política. Yo he tenido grandes maestros, Paco Fuentes ha sido un maestro para mí, de él he aprendido muchísimo. Pero eso después se traduce en las conversaciones informales de los compañeros en que alguien te apadrina, te tutela, porque eres una chica y además como eres joven lo necesitas. Pero también me ocurre ahora. Piensas que ya eres más mayor, eres madre, como si las que no son madres no fuesen maduras, porque eso también es otra..., estás en la mesa del Consejo de Gobierno, diriges una consejería, has sido portavoz..., pero cuando tienes que formar gobierno y haces un buen fichaje, la gente se pregunta si has sido tú capaz de hacer ese fichaje o te viene impuesto por el criterio superior de un varón. Pero más allá de esto, quiero destacar el esfuerzo de los compañeros del PSOE. Hemos tenido presidentes como Zapatero o Pedro Sánchez que han lanzado políticas de igualdad, o por supuesto el presidente Fernández Vara, que fue el primero en tener un gobierno compuesto mayoritariamente por mujeres.

-Me habla de Zapatero, de Pedro Sánchez y de Fernández Vara. Tres hombres. Ellos siempre en primera fila, en el puesto importante.

--No, eso no responde a la fotografía actual de Extremadura. La presidenta de la Asamblea, que es la segunda autoridad de la región, es una mujer. Y joven.

-La segunda, no la primera. ¿Es el momento de que el PSOE tenga una candidata a presidenta de la Junta?

--Todavía no se ha dado el caso pero se dará con naturalidad. Fernández Vara ganó una primarias (en las que se presentó Eva Pérez).

-Como consejera de Igualdad, ¿le gustaría que el próximo presidente de Extremadura fuera una mujer?

--Yo solo soy una militante más de los 10.000 que tiene el PSOE en la región. Responderá a la evolución natural, como en todos los ámbitos. Por supuesto que me gustaría, cómo no.