Las jornadas científicas celebradas en Apimondia, a las que asistieron los profesionales de Euromiel, pusieron de manifiesto la delicada situación por la que atraviesa el sector y la complejidad de los factores que concurren en él. Así, si en un principio se pensaba que la espectacular caída de la población de abejas era debida al uso de productos químicos, las tornas han cambiado. La teoría más aceptada actualmente es que es fruto de la combinación de varios factores.

Lo que está claro es que las abejas son una parte esencial del equilibrio de la biodiversidad. El eslogan de este año de Apimondia "La abeja, centinela del medio ambiente", es revelador al respecto. La mayoría de las casi 20.000 especies conocidas de abejas se alimentan de néctar y polen y la polinización de las plantas juega un papel fundamental en el mantenimiento de plantas, animales y la vida humana en la Tierra. Alrededor de un tercio de lo que come la población occidental depende de la polinización de las plantas por las abejas, especialmente frutas y verduras.

Lo que es cierto es que si la situación actual de mortandad continúa pronto empezará a afectar a la biodiversidad de la Tierra. Al principio se pensó que el culpable era un misterioso "virus de la muerte", pero ninguno ha sido identificado como tal hasta la fecha. También se pensó en los plaguicidas y los fertilizantes como responsables, especialmente por parte de los científicos franceses, pero esa teoría no ha funcionado. Las muertes se producen tanto en los lugares donde se emplean como en los que no.

El congreso ha trabajado con las investigaciones de más de 500 científicos y especialistas de las abejas. La conclusión es que el problema es el resultado de varios factores.

PERDIDAS ENORMES Lo cierto es que las poblaciones de abejas han sufrido enormes pérdidas en todo el mundo. Los representantes científicos de América y de Canadá anunciaron pérdidas preocupantes de alrededor de un tercio de sus poblaciones de abejas. Las cifras en Europa oscilan entre un descenso del 10 al 25%. Las estimaciones varían entre el 20% y hasta 80% en los países de Oriente Medio. Japón y algunos países de América del Sur también han visto caídas dramáticas, aunque no tienen datos precisos.

Las conclusiones del Congreso de Apimondia indican que las razones de la caída de la población de abejas en todo el mundo están interrelacionadas, como explica el biólogo estadounidense Peter Neumann.

Los Estados deben garantizar la supervivencia del sector apícola, tan necesario para el equilibrio medioambiental, porque, según dijo Einstein "si desaparecieran las abejas la vida desaparecería en cuatro años"

Extremadura debe seguir apostando por el sector apícola, ya que la fórmula extremeña ha servido como modelo productivo a imitar en España y la Unión Europea .