Los ecologistas aseguran que hay una "rotunda intención" e interés de poner una explotación de níquel a cielo abierto, en relación a la mina de Aguablanca en las proximidades de Monesterio, a pesar de los daños ambientales irreversibles y de los riesgos que puede suponer para la salud pública, sobre todo para los ciudadanos andaluces del norte de Sevilla.

Así lo denunció ayer la Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura (Adenex), que advirtió de que a pesar de tratarse de una competencia estatal (Ministerio de Medio Ambiente), las administraciones autonómicas de Andalucía y de Extremadura ya se han pronunciado. El colectivo presidido por José María González, asegura que la Junta de Andalucía rechazó el proyecto y cuestionó la seguridad de las balsas de estériles, que amenazan seriamente los cauces y embalses de la cuenca afectada, mientras que el ejecutivo extremeño no ha puesto ninguna objeción y ha mostrado su apoyo al proyecto, informa Efe.

CRITICAS A LA ADMINISTRACION

Con este apoyo, indica Adenex, el gobierno extremeño "demuestra una vez más la ausencia de una política ambiental que proteja el paisaje, la dehesa, los ríos, la seguridad y la calidad de vida de los extremeños, y en este caso también de los andaluces".

Adenex se opone a la explotación de la mina en Aguablanca porque los beneficios sociales anunciados por políticos y empresarios conllevan un coste ambiental "inaceptable" y unos riesgos para la salud y calidad de vida de los ciudadanos que rebasan el umbral máximo admisible.

"Estamos ante un caso muy similar, en su concepción esquemática, al del complejo cementero de Alconera. La historia, arrastrada por la corriente político-empresarial, vuelve a repetirse", señala el colectivo conservacionista, que incide en que "lo triste es que no han mejorado los argumentos a favor, ni se ha convencido, ni siquiera informado convenientemente, a la opinión pública, ni han contado las alegaciones presentadas, ni se ha cuantificado adecuadamente el peso ambiental".

Por su parte, la Asociación Ecologista y Cultural Cúriga, de Monesterio, ha mostrado su "preocupación y estupor" ante un proyecto que consideran tiene "graves defectos de forma y técnicos, como ya se pusieron de manifiesto en las alegaciones presentadas por los grupos ecologistas y las consejerías de Medio Ambiente de Extremadura y Andalucía".

En este sentido, el colectivo conservacionista no entiende "cómo ha podido llegar a aceptarse el proyecto, calificándose como que alcanza un nivel aceptable de prevención y corrección de impactos sobre el medio".