Ni Puerta del Sol con uvas ni celebración de nochevieja en pleno septiembre. El inicio del año nuevo agrícola, el pasado 1 de septiembre, ha pasado prácticamente desapercibido, salvo para los meteorólogos y para algunos científicos e investigadores que estudian cuestiones climáticas o aspectos relacionados con los recursos hídricos y el campo.

Desde el día 1 y hasta el próximo 31 de agosto, estamos en un nuevo año hidrometeorológico o agrícola, un periodo que sirve de referencia para analizar el volumen de precipitaciones desde el comienzo del periodo de lluvias hasta casi el final del verano. "Se llama así fundamentalmente porque la otoñada, con sus lluvias y temperaturas normales preparan el campo para adecuarlo hacia una buena cosecha agrícola, así como los ríos y reservorios para que se carguen de agua", explica Adolfo Marroquín, director del centro territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Extremadura.

Según los datos que maneja este departamento, el año agrícola que acaba de terminar ha sido ligeramente húmedo, aunque no mucho más de lo habitual. El nivel medio de precipitaciones durante los últimos 12 meses se ha situado en 670 litros por metro cuadrado, 35 litros por encima de la media histórica. Aunque el reparto de estas lluvias ha sido desigual. "La mayor parte del territorio extremeño se encuentra entre balances ligeramente negativos, con algunas áreas con balances positivos, sin una tendencia marcada hacia ninguno de los dos lados", explica el director territorial de meteorología. Así, se mezclan registros que apuntan a zonas con una abundancia de humedad (como en el entorno de Badajoz, Cáceres, Mérida, Don Benito, Brozas o Castuera, donde las precipitaciones registradas en el año agrícola han estado en torno a un 20 o 30% por encima de lo habitual) y otras donde se aprecia cierto déficit (en el entorno de Almendralejo, por ejemplo, las lluvias han sido un 29% inferiores a la media histórica). También hay situaciones extremas , como en La Siberia, donde la reducción de precipitaciones oscila entre el 20 y el 60%, y como el norte de la Sierra de Gata, donde ha caído un 60% más de agua de lo normal .

Esto ha permitido que las reservas hídricas de la comunidad autónoma se mantengan por encima de la media de los 10 últimos años. Actualmente los embalses de la región se encuentran casi al 70% de su capacidad, con 9.924 hectómetros cúbicos de agua en las represas de la región (sobre una capacidad total de 14.200 hectómetros cúbicos). Sin embargo los datos son inferiores a los de hace un año, cuando los recursos disponibles en los pantanos superaban los 10.400 hectómetros cúbicos.