La compañía pública de ferrocarriles Renfe confirmó ayer que el tren-hotel Lusitania dejará de circular por Extremadura a partir del próximo día 15. Este servicio de larga distancia que comunica a diario Madrid y Lisboa se prestará, a partir de esa fecha, por la provincia de Salamanca. La medida está motivada por la decisión del Gobierno de Portugal de cerrar las vías que conectan con Extremadura por Valencia de Alcántara debido a la falta de rentabilidad.

Como informó este diario el pasado martes, los ferroviarios lusos tenían conocimiento de que esta decisión se había tomado en un reciente encuentro mantenido entre representantes de las empresas operadoras de España (Renfe) y Portugal (Comboios Portugueses). El país vecino había anunciado, durante 2011, su intención de cerrar el tráfico ferroviario del llamado Ramal de Cáceres, que une la estación portuguesa de Torre das Vargens y la frontera extremeña a la altura de Valencia de Alcántara. Sin embargo, la aplicación efectiva de la medida se ha ido retrasando mes tras mes hasta que ayer Renfe lo hizo oficial. "El trenhotel Lusitania que enlaza Madrid y Lisboa modifica su recorrido a partir del día 15 de agosto. La decisión de cierre del ramal Torre das Vargens-Marvao, en la línea Cáceres-Lisboa, por parte de Portugal obliga a realizar esta modificación en la ruta actual", explicó la compañía pública.

Por tanto, el Lusitania dejará de pasar por Extremadura en 10 días. A partir del miércoles 15, el tren circulará por Salamanca, en concreto, por la localidad fronteriza de Fuentes de Oñoro y la región lusa de Beira Alta. Los horarios, no obstante, no sufrirán cambios y Renfe garantiza el servicio a los 1.600 viajeros que ya habían comprado billete para viajar entre las dos capitales ibéricas a partir de mediados de agosto. Para los pasajeros con origen o destino en las estaciones de las provincias de Cáceres y Toledo --85 personas, según la empresa ferroviaria--, la operadora pondrá a su disposición un transporte alternativo por carretera.

75 AÑOS DE HISTORIA Con esta decisión se pone fin a 75 años de historia de este tren en Extremadura. Además, la región pierde su último convoy de larga distancia, tras las supresiones durante los últimos años del talgo Badajoz-Madrid y la sustitución del tren de largo recorrido Badajoz-Puertollano-Barcelona por un tren regional para realizar la conexión entre las ciudades extremeña y manchega.

La supresión del servicio por Extremadura no supondrá, sin embargo, el cierre de la línea férrea entre Cáceres y Valencia de Alcántara, según han garantizado el Ministerio de Fomento y la Junta de Extremadura. Por estas vías solo circulan actualmente el Lusitania y un convoy de mercancías --dos o tres días por semana--. El primero, el único de pasajeros, dejará de hacerlo a partir del día 15. En su lugar, según apuntó hace una semana el consejero de Fomento, Víctor del Moral, se ofrecerán un nuevo servicio: un tren en horario diurno que cubrirá el trayecto entre Madrid y Valencia de Alcántara a partir del 16 de septiembre.

De esta forma se pone fin a muchos meses de suspense, protestas y negociaciones sobre el futuro del Lusitania. La Junta de Extremadura, con la ayuda de ingenieros, sindicatos y los ayuntamientos afectados, ha manejado durante los últimos meses un informe con propuestas alternativas para mantener este servicio ferroviario entre Madrid y Lisboa por la provincia de Cáceres. En ese documento, presentado a los gobiernos de España y Portugal, figuraban ideas como la modificación de horarios, la reducción del número paradas, cambios en el tipo de trenes y revisiones de límites de velocidad. Todo con el objetivo de reducir el tiempo de viaje de Madrid a Lisboa y rebajar el coste total del servicio. Precisamente este punto, el económico, es el detonante de la decisión, dada la baja demanda de usuario que las conexiones ferroviarias del Ramal de Cáceres tenían en suelo portugués.

Según ese estudio, cuyo contenido reveló este diario el pasado 24 de junio, el coste total del servicio Madrid-Lisboa a través de Extremadura, con dos trenes diarios que circulan de madrugada entre las dos capitales ibéricas, asciende a más de 9 millones de euros. Esa cuantía es asumida conjuntamente por Renfe y Comboios Portugueses. El documento manejado por las autoridades extremeñas planteaba distintas opciones para rebajar su coste total hasta en un 70%. Entre las propuestas estaba convertirlo en un servicio diurno para incrementar su demanda.