En medio de una caída continuada y casi generalizada de cotizantes extranjeros a la Seguridad Social, emerge el paradigma extremeño. Mientras en la inmensa mayoría de las comunidades autónomas y, por ende, en el conjunto del país se aprecia una reducción o un estancamiento del número de inmigrantes, sobre todo debido a la crisis y sus estragos en el mercado laboral; aquí, en Extremadura, la cifra de personas extranjeras afiliadas al sistema español de protección social no para de crecer mes tras mes.

La comunidad autónoma finalizó julio con una media de 15.719 afiliados extranjeros. Comparado con el mismo mes del año anterior --para evitar el efecto distorsionador de la estacionalidad de algunos sectores productivos, como la agricultura o el comercio y el turismo--, son 1.207 cotizantes más. O lo que es lo mismo, supone una subida del 8%. No hay ninguna otra región del país que registre un aumento tan destacado. De hecho, solamente País Vasco, Asturias y Andalucía siguen la tendencia al alza de Extremadura, pero con un ritmo de crecimiento mucho menor (+2,3% en el caso vasco, y +0,5% en territorio asturiano y andaluz). El resto pierden afiliados entre su población inmigrante.

"Es una constante que venimos observando durante los últimos 14 o 15 meses. Mientras a nivel nacional hay una reducción de las afiliaciones de extranjeros, en Extremadura crece a un ritmo incluso superior al 12 o el 13% cada mes", apunta Nereo Ramírez, secretario de Acción Social e Inmigración de UGT en Extremadura.

LAS RAZONES ¿Cuáles son las causas? Desde este sindicato aportan tres explicaciones. Primero, el buen comportamiento del sector agrícola frente a la crisis. "Mientras en otros territorios el colectivo emigrante se concentraba en sectores económicos que están sufriendo mucho por la actual coyuntura laboral, como la construcción o los servicios; aquí el campo absorbe la mayor parte de la mano de obra inmigrante. Es un sector estable y que está aportando puestos de trabajo", sostiene Ramírez. Esta tesis se apoya en los datos publicados ayer por el Ministerio de Trabajo. Porque el régimen especial agrario de la Seguridad Social es el que más afiliados extranjeros ganó durante el mes de julio en relación al año anterior en Extremadura: al pasar de 5.716 a 6.528 en los últimos 12 meses.

La segunda causa, según este sindicato, está en la inclusión de rumanos y búlgaros como ciudadanos de pleno derecho en la Unión Europea. Porque Bruselas aprobó en el 2007 la entrada de ambos países en el ámbito comunitario, pero en España se fijó una moratoria de dos años para normalizar la situación de los inmigrantes de estas nacionalidades. Así, hasta el 1 de enero del 2009 éstos han necesitado el permiso de residencia para poder trabajar en territorio español, tal y como se exige al resto de ciudadanos extracomunitarios. "Eso se acabó. Ahora se les pide lo mismo que a un francés o un italiano. Eso facilita la contratación por parte de los empresarios, sobre todo burocráticamente, y ha permitido legalizar la situación de muchos trabajadores rumanos", sostiene el responsable de Acción Social de UGT.

En este sentido, los datos del ministerio vuelven a avalar la teoría. Actualmente hay casi mil rumanos más dados de alta en la Seguridad Social en Extremadura que hace un año. Ya son 4.601 y constituyen el grupo de cotizantes extranjeros más numeroso de la región, incluso por delante de los ciudadanos marroquíes (3.194).

A estas dos circunstancias se suma una más. Según Ramírez, "en los últimos meses ha habido un aumento de la regularización de inmigrantes en la comunidad autónoma una vez que las Subdelegaciones del Gobierno han resuelto el tapón burocrático que tenían hace un año. Han introducido mejoras técnicas y organizativas y los permisos de residencia se conceden con mayor agilidad. Esto ha permitido que muchos extranjeros hayan legalizado su situación".