"La vida te pone obstáculos de mil maneras. Cómo afrontarlo va en cada uno. Yo elegí el deporte". Enrique Floriano, "muy contento y superorgulloso" según se definía él mismo ayer, se enteró de que le habían concedido una Medalla de Extremadura en directo. "Sabía que me habían propuesto y vi en internet que era la rueda de prensa, así que ha sido muy emocionante", explicó. El Gobierno extremeño ha destacado su "capacidad de superación personal" y que "lleva paseando el nombre de Extremadura desde 1999 con su participación en competiciones de natación en diferentes países".

Floriano, de 30 años, nació en Murcia, pero pronto se trasladó a Badajoz con su familia. A los 15 años, se le detectó una deficiencia visual que le supone un grado del 67% de discapacidad. "Antes ya hacía natación y durante un tiempo compatibilicé competiciones ordinarias y paralímpicas, pero después seguí con estas últimas". Que le llevaron, entre otros muchos destinos, a los Juegos Paralímpicos de Londres, Pekín, Atenas y Sidney, en los que logró nueve medallas en total.

En 2012, tras 24 años de competiciones, se retiró del ámbito profesional y ha comenzado otro trabajo, pero está empezando a entrenar para triatlon (ya ha logrado un primer éxito internacional) y continúa transmitiendo sus valores a las nuevas generaciones. "Es un reconocimiento a la discapacidad y a los muchos deportistas paralímpicos punteros de la región".