La Agencia Extremeña de la Energía (Agenex) y la empresa Iberdrola han suscrito un convenio cuya finalidad es analizar el potencial de energía solar de las distintas zonas de Extremadura con vistas a la implantación de centrales fotovoltaicas y termoeléctricas. Según el acuerdo, Iberdrola aportará algo más de 9.300 euros para poner en marcha un programa que permita estudiar el rendimiento de cinco instalaciones fotovoltaicas con conexión a la red eléctrica situadas en San Vicente de Alcántara, Castuera, Arroyo de la Luz, Alagón y Talayuela. De este modo, se podrá conocer en tiempo real cuál es la eficiencia de las centrales y qué irradiación solar existe en las distintas partes de la región.

Agenex se encargará de elaborar el proyecto, llevarlo a cabo y controlar que los procedimientos se ajusten a los objetivos marcados.

Fuentes de Iberdrola apuntaron que la medición de los rendimientos en las centrales que ya están funcionando puede ofrecer datos muy precisos sobre las posibilidades de desarrollo de la energía solar en cada zona, con vistas a la explotación de esta fuente de energía renovable.

Proyecto Enersur Las cinco centrales seleccionadas para el proyecto forman parte del plan Enersur, cofinanciado por Agenex, los ayuntamientos y el Banco de Crédito Local. Dicho plan ha supuesto la puesta en marcha de una veintena de centrales fotovoltaicas de titularidad municipal por toda la región.

Cada instalación ha supuesto un coste de 35.000 euros, de los que Agenex aportaba el 25%, el ayuntamiento en cuestión otro 10% y el resto se financió mediante créditos blandos a siete años. La capacidad individual de las centrales es de cinco kilovatios, y están conectadas a la red municipal, lo que permite a los ayuntamientos vender la energía sobrante.

De este modo, a partir de los siete primeros años, tras amortizar el crédito, los municipios disponen de 13 años para lograr beneficios, ya que la vida útil de las centrales es de 20 años. Según las estimaciones de Agenex, cada una de las centrales evitará la emisión de 2.400 kilos de dióxido de carbono al año y permitirá unos beneficios de 50.000 euros.

Ahora se pretende medir la eficiencia real de estas instalaciones, que según el programa Enersur están destinadas a que las poblaciones menores de 20.000 habitantes puedan producir a medio plazo en forma de energía renovable al menos la electricidad que demandan los edificios públicos y las empresas de titularidad municipal.

Según explicó durante la puesta en marcha del proyecto Enersur el responsable de Medio Ambiente del BBVA (entidad propietaria del Banco de Crédito Local), Tomás Conde, Extremadura reune dos requisitos que la hacen atractiva para este tipo de iniciativas. Por un lado, Conde citó que la región dispone de 2.900 horas anuales de irradiación solar, el nivel más alto de España, y además, cuenta con una población eminentemente rural, que sería la principal beneficiaria de este tipo de centrales.

El convenio suscrito ayer vendrá a completar iniciativas similares, como la que lleva a cabo la propia Agencia de la Energía con la medición de la irradiación solar en 26 puntos de toda la región o el estudio piloto elaborado en su día por el Instituto Nacional de Meteorología (INM), que elaboró un mapa solar que determinó cuáles eran las zonas de Extremadura que presentaban mayor irradiación. Este mapa, según aclaró el INM, se limitaba a medir la potencialidad solar, pero no a determinar la ubicación de las centrales, que viene marcada por otros condicionantes geográficos y de acceso a la red de distribución.