El estudio sobre violencia infantil explica que en Extremadura se localizó a un total de 253 agresores. La diferencia entre el número de agresores y el de víctimas se explica por el hecho de que el primero puede ejercer el maltrato contra más de un menor.

Esta circunstancia queda patente en el cuadro que recoge que 139 agresores ejercieron la violencia contra un menor, mientras que en 39 casos hubo dos víctimas por agresor; en 37 casos, tres víctimas; en diez cuatro y en ocho, cinco o más.

En cuanto al parentesco entre maltratador y víctima, en 139 las agresoras fueron las madres biológicas de los menores, en 95 los padres biológicos, en diez los padres no biológicos, en cinco los abuelos, en dos los tíos y en uno los hermanos. No se registró ningún caso de violencia por parte de los hermanastros. Esta distribución se corresponde esencialmente con lo que ocurre en el resto de España.