Soluciones para acabar con la oleada de robos en el campo extremeño. Esto es lo que piden los agricultores de Navalvillar de Pela y de la Nava de Santiago (Badajoz), representantes municipales, de organizaciones agrarias y otros colectivos que se concentraron ayer frente a la Delegación del Gobierno para protestar por la situación que está viviendo el sector. De hecho, según el secretario regional de UPA-UCE, Ignacio Huertas, los agricultores extremeños han perdido más de un millón de euros por los robos durante la actual campaña de aceituna, por lo que se han convertido en "el principal problema del campo".

Durante la concentración se leyó un manifiesto donde los agricultores pidieron más apoyo para "acabar con esta lacra" que está generando una "gran pérdida económica". Asimismo, reivindicaron que "urge" tomar medidas para reforzar la seguridad en los pueblos y explotaciones y que las soluciones comienzan por destinar más efectivos para el medio rural, ya que se sienten "desprotegidos e indefensos" ante los robos. También abogaron por establecer un marco regulatorio para determinar la trazabilidad de la aceituna y que se legisle la práctica del rebusco "para que no se utilice como excusa para el robo".

El alcalde de Navalvillar de Pela, Francisco Javier Fernández, y el máximo responsable de COAG en Extremadura, Juan Moreno, insistieron en que estas situaciones de robos se están produciendo de forma constante en Navalvillar de Pela y La Nava de Santiago, y que ello representa una "amenaza constante" para la subsistencia del mundo rural.

En esta línea, el regidor municipal de Navalvillar manifestó que el alcance de los robos en esta localidad "ha tomado tintes dramáticos durante este año" dado que, aunque con "cierta normalidad", los agricultores han sufrido robos en años anteriores. En su opinión, el hecho de que durante esta campaña de aceitunas el precio "haya sido mucho más alto" y la terminación de la campaña en otras zonas de la provincia como Almendralejo antes de la comarca de La Siberia "ha hecho que mucha gente de etnia rumana, en este caso la mayoría, esté allí día tras día hurtando y cogiendo aceitunas con la excusa del rebusco". Al respecto, no pudo aportar una cifra concreta de agricultores afectados, pero sí lamentó que desde hace tres o cuatro semanas se están registrando de uno a dos o tres robos diarios.

"Lo que empezó con una serie de robos masivos en el mes de noviembre en tres o cuatro explotaciones del municipio se ha convertido realmente en una avalancha durante el resto de días durante la campaña", indicó Fernández. "Hay una patrulla de guardería privada que se paga entre las cooperativas y el ayuntamiento y gracias a ellos se está haciendo que los robos se paren y cada vez que se coge a los ladrones están devolviendo las aceitunas a las almazaras para que por lo menos el producto se quede allí", puntualizó.

A juicio de Huertas, cuando se detiene a quienes roban "no ocurre absolutamente nada, por lo que el problema se repite al día siguiente, y por tanto ha de darse una solución a medio y largo plazo a esta situación". Esta solución pasa, desde su punto de vista, porque la seguridad en el campo sea un tema "público" que permita disponer de más efectivos de la Guardia Civil para controlar los robos en el ámbito rural, por ello estas medidas se deben instaurar de forma "permanente", y no solo durante una campaña. Asimismo, se pide una reglamentación donde se aborden estas situaciones, que regule tanto los puestos de la campaña como la "trazabilidad" del producto, para evitar los continuos "blanqueos de aceituna".