La Asociación Profesional de Agricultores de Don Benito y la comarca ha instado a Agroseguro a revisar las cláusulas que regulan las normas de tasación de los daños en los cultivos por las incidencias climatológicas.

Esta petición se produce tras las tormentas sufridas en los últimos días donde el agua y el granizo arrasaron gran parte de los cultivos de la comarca de Las Vegas Altas del Guadiana, en Badajoz.

Unas tormentas que afectaron en mayor o menor medida a plantaciones de frutales, tomates, melones, almendros e higueras, algunos de ellos recién plantados.

Ante esta situación el presidente de la asociación, Emilio Camacho, ha explicado que la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro) solo atiende los gastos económicos de las plantas perdidas y a las nuevas adquisiciones.

Por contra, los agricultores debe hacer frente no solo a los tratamientos de herbicidas que ya han llevado a cabo sino también a los jornales o el arrendamiento de la finca para la cosecha.

Por ello, han solicitado además a la entidad aseguradora "sensibilidad con los agricultores afectados, agilidad en los trámites de tasación y la puesta en marcha de los mecanismos necesarios para salvaguardar la situación de los agricultores".

Y es que, a su juicio, se encuentran en una situación de "indefensión" puesto que, en ocasiones "nos dan una limosna y no se aseguran los daños reales".

Unos daños "irreparables", según Camacho, puesto que ningún seguro puede cubrir "ni emocional ni económicamente" los daños en las plantaciones tras una tormenta como la ocurrida el pasado martes donde los granizos golpearon con gran virulencia los cultivos.

Aunque tanto por parte de Agroseguro como de la Consejería de Medio Ambiente y Rural y Políticas Agrarias y Territorio de la Junta de Extremadura se encuentran valorando las hectáreas afectadas por el temporal, Camacho ha destacado la "gran" pérdida en la producción ante la que hay que hacer frente.

Casos concretos como el del agricultor Luis Gutiérrez que se encontraba con su finca preparada para sembrar más de 400 plantas de arroz que perdió con la lluvia.

Unas plantas que se han perdido, que ya no encuentra por los diferentes viveros de la región que ven agotadas sus existencias y cuya tierra no podrá aprovechar para sembrar otros cultivos puestos que "en muchas ocasiones los herbicidas empleados son incompatibles".

A igual que el arroz, unos de los cultivos más afectados es el del tomate que, a pesar de haberse sembrado de manera tardía, no se ha librado del agua caída, más de 80 litros por metro cuadrado entre agua y granizo en menos de una hora, aseguran los afectados.

Por ello, esperan que desde la entidad aseguradora reconozcan el valor real de las pérdidas en las plantaciones y los agricultores, de una forma u otra puedan salvar la campaña en lugar de tener que hacer frente a la inversiones realizadas y poner todas sus esperanzas en la próxima campaña.