Pocos recuerdan haber visto el Guadiana con tanta agua a su paso por Mérida. El desembalse de las presas de La Serena, Cíjara, Orellana y Alange ha provocado que en los últimos días el caudal del río haya subido hasta los 2.000 metros cúbicos por segundo y aunque en las últimas horas la crecida se ha reducido ligeramente por el cierre de las compuertas de Alange, el agua ha alcanzado algunas vías urbanas y se ha colado a través de la red de alcantarillado por las casas más bajas del barrio de San Antonio, donde los vecinos aseguran que llevan dos noches durmiendo "con un ojo abierto y otro cerrado". Esta zona, ubicada en el suroeste de la ciudad junto a la margen izquierda del río, es la que más preocupa en la capital junto a la calle Anas, el zona sur, y Las Abadías, en el norte de la ciudad.

"Literalmente, el garaje de mi casa es ahora como un pozo", explicaba ayer Fernando Molina, que reside en el número 15 de la calle Tarraco junto a su familia. Al igual que otros vecinos de la misma vía y la Avenida de Alange, la cochera de Fernando comenzó a anegarse el martes por la tarde al rebosar las alcantarillas. Ayer por la mañana llamaron a un fontanero para acoplar una bomba que ayudara achicar el agua. "No hay duda de que este agua es del Guadiana. Esto ya nos ha pasado más veces, pero no como ahora y es por la falta de coordinación a la hora de soltar los pantanos", se lamenta Fernando, que deberá tener la bomba colocada al menos hasta el sábado.

También los vecinos de la calle Manuel de Falla expresaron ayer su preocupación. Esta vía está más alejada del cauce, pero los residentes aseguran que llevan ya dos noches en vela. "Dormimos con un ojo abierto y otro cerrado", comenta Vicente, que asegura que nunca después de la construcción de la presa de Alange ha visto el río como ahora. "Hace tres años también pasó algo parecido, pero no como ahora y sí, tenemos miedo porque va a seguir lloviendo", explica Rosi, otra de las vecinas. Aseguran que por el riesgo de la crecida, Cruz Roja les instó en la madrugada del miércoles a llevarse los coches de los garajes y las calles del barrio.

SITUACION CONTROLADA Pese al miedo que manifiestan los vecinos, el director técnico de Confederación, José Martínez Jiménez, ha confirmado en declaraciones a Efe que el río ya ha alcanzado la cota máxima en Mérida y manifiesta su "absoluta tranquilidad". También el edil de Tráfico y Seguridad Ciudadana, Manuel Balastegui, reitera que no hay peligro. Sí reconoce sin embargo que San Antonio preocupa al consistorio al igual que la calle Anas a la altura del puente Fernández Casado y la Ronda de Los Eméritos en el ferial y la desembocadura del río Albarregas. "No vamos a desalojar porque no vemos motivos, pero hay previsto un equipo de emergencias y habría tiempo para evacuar", explica el consejero, que recuerda que el acceso a la Isla sigue cortado.