Un total de 40 poblados de colonización comenzaron a desarrollarse hace 50 años en Extremadura gracias a las ayudas contempladas en un ambicioso y revulsivo plan de medidas económicas puesto en marcha durante la dictadura franquista. El Plan Badajoz se fue implantando paulatinamente y en la actualidad los pueblos que lo conforman guardan la llave del proceso industrializador de la región extremeña.

Así de optimista se muestra el consejero de Agricultura extremeño, José Luis Quintana, quien asegura en una entrevista a Europa Press que estos pueblos guardan uno de los activos más importantes para el desarrollo agrario extremeño: el agua, que definió como "el oro del siglo XXI".

Algunos de los datos aportados por Agricultura ponen de manifiesto el importante potencial de este conjunto de poblados, cuya superficie de regadío abarca el 6% de la superficie total de la región, mientras que producen el 61% de la Producción Final Agraria.

De esto se deduce, añade Quintana, que se trata de un subsector de gran importancia para la economía regional y una de las bases de la industria agroalimentaria y del empleo agrario extremeño. De las 150.000 hectáreas que componen la superficie regable de la Cuenca del Guadiana, 125.000 corresponden al regadío de iniciativa estatal, casi todos, comprendidos en el Plan Badajoz.

En las Vegas Altas del Guadiana se han desarrollado en los últimos cuatro años alrededor de siete proyectos que han supuesto una inversión de más de dos mil millones de pesetas, entre ellos, cuatro fábricas de tomates, fábricas de arroz, de frutas y de alperchines, cuyos protagonistas, destacó el consejero de Agricultura, son los agricultores y colonos de la zona. "Ahora nos encontramos en una fase de industrialización protagonizada por el sector productor, que cuenta con tecnología punta a nivel mundial y encaminada hacia la exportación, por donde pasa el futuro del sector agrario extremeño", declaró.

INCONVENIENTES Sin embargo, existen otros datos que muestran un futuro menos esperanzador y optimista para los pueblos de colonización del Plan Badajoz. Son aquellos que delatan el retroceso de la natalidad y el aumento de la emigración en los mismos, así como la poca fe de sus colonos en el día de mañana.

En este sentido, la baja natalidad y la emigración de los nietos de los primeros colonos a Madrid o a las Islas Baleares para trabajar en la construcción, está obligando a los padres de éstos, hijos de los primeros pobladores, a vender sus tierras, una dinámica que empieza a verse agravada por la influencia de las continuas reformas agrarias de la Unión Europea y que se verá acentuada con la reforma de la Política Agraria Comunitaria (PAC).