En su puesto de trabajo en la agencia de Viajes Marsans en la avenida María Auxiliadora de Badajoz. Así estaba Paqui Nevado ayer, justo una semana después haberse convertido en millonaria , una condición que aún le cuesta asimilar. Esta joven de 26 años de Cordovilla de Lácara no piensa dejar su empleo porque el dinero que ha ganado con un décimo del Gordo "no da para tanto", pero sí tiene muchos planes. Lo primero será comprarse una casa con su novio. La pareja ya estaba buscando piso antes del premio, "pero ahora será sin hipoteca y como mínimo de tres habitaciones", dice riendo.

Otra parte del dinero lo invertirá en un viaje, no sabe aún si irá a algún país de Europa o al Caribe o quien sabe, a lo mejor se permite los dos. También habrá regalos para la familia, aunque el mejor se lo hizo a su suegra, a quien dio uno de los dos décimos que compró. Cuando lo cuenta todo el mundo le dice lo mismo: "Eres la mejor nuera del mundo". Estaba de vacaciones cuando se enteró de su suerte y desde entonces no para de recibir felicitaciones y encargos de personas que quieren que les compre los décimos para el sorteo de El Niño. Ella probará suerte otra vez el 6 de enero y pasará el boleto por la talla de San Judas Tadeo de la iglesia de su pueblo como hizo con el anterior.

También Jorge García, empleado de Marsans en la avenida de Europa continuaba ayer atendiendo a sus clientes. El tampoco se ha planteado dejar de trabajar porque "con lo que me ha tocado no da para retirarse de por vida". Quiere meditar cómo lo invertirá, porque aún no se cree lo que ha ocurrido. "He pasado cinco días con el estómago revuelto y sin apetito de los nervios", dice. "No he pensado demasiado qué voy a hacer, prefiero que pasen estas fiestas, y ver en qué lo voy a invertir. Tengo hipoteca e intentaré quitármela, no sé si incluso si me compraré otra vivienda mejor". Algo ya se ha gastado en celebraciones con los amigos, la familia..."y sigo haciéndolo todavía", dice con una sonrisa.

Como ellos, ninguno de sus compañeros se han planteado dejar su puesto de trabajo. Los que ayer no estaban en la agencia disfrutaban de unos días de vacaciones, ya programados antes de la llegada del Gordo. Su vida no ha dado un cambio radical tras el premio, pero sí ha ayudado a ver una cara más amable al futuro.

En el futuro ya están pensando, pero de momento las tres empleadas de la oficina que Viajes Marsans tiene en Mérida están viviendo las navidades más inolvidables de sus vidas. Una semana después Estefanía Galán, Nuria Cabrera y Mar Rodríguez siguen en sus puestos como si nada hubiera pasado. Cada una de ellas jugaba dos décimos y el resto, hasta 14, lo repartieron entre sus familiares y amigos.

Entre cliente y cliente, Nuria comenta que en estos días han sido muchas las personas que se han pasado por la oficina a felicitarles. Son las consecuencias de conseguir un buen pellizco de 600.000 euros. Una cantidad que, sin embargo, no es suficiente para cambiar sus vidas, aunque eso sí, "estamos viviendo las fiestas de una forma muy especial". Nuria afirma que a pesar de todo no tiene pensado dejar de trabajar, seguirá con su vida, aunque eso sí, cumplirá su sueño de comprarse "una casita más grande". También lo tendrá ahora más fácil para hacer un buen regalo a su compañera Estefanía, que desde que le dijeron que era una de las afortunadas piensa en la "gran boda" que celebrará con su novio Oscar el próximo verano.

Aún sin ver el dinero

Y sus sueños no son diferentes a los de las trabajadoras de Marsans en Cáceres. El 78.294 supone para María Julián Evole y Elizabeth Gordillo anticipar la fecha de boda, pagar la hipoteca y el crédito del coche, un crucero, un vehículo para un hermano que se está sacando el carnet y la posibilidad de vivir sola. Son algunos de los planes que Elizabeth y María tienen para gastar los 300.000 euros.

Las dos estaban ayer bastante más tranquilas que hace una semana. "No ves que seguimos aquí, en el trabajo", responden cuando se les pregunta si les ha cambiado la vida. Por ahora siguen teniendo solo planes porque el dinero "no lo hemos visto", precisa María, aunque "supongo que para Reyes lo tendremos", añade Elizabeth, que mantiene como primer deseo lo que dijo tras el sorteo: adelantar la fecha de su boda porque ahora "sí que podré invitar a todos". Ganar los 300.000 euros no le ha supuesto ningún cambio, lo que ahora quiere es "invertirlo bien para que la vida me cambie en un futuro y que sea más tranquilo". Ayudar a su familia y el pago de la hipoteca de su casa y el coche son sus otras ideas para el dinero que invertirá "entre tapar agujeros y cumplir sueños".

María ya ha empezado a buscar piso para irse a vivir sola, ahora lo comparte, "esperaba a tener más dinero ahorrado, pero ahora lo puedo hacer". Resuelto su traslado, los siguientes gastos serán comprar un coche a su hermano y hacer un crucero por el Mediterráneo, "y lo que me sobre, al banco". El premio la ha cambiado poco, "como mucho en estos días me ha saludado más gente cuando he ido al pueblo --es de Garrovillas-- y hay quienes me daban la enhorabuena y hasta un niño me cantó el gordo", recuerda.