El número de trabajadores extremeños despedidos por sus empresas fruto de expedientes de regulación de empleo (ERE) alcanzó su máximo histórico en el 2003. Según datos del Ministerio de Trabajo, los 71 procesos de regulación presentados en la región el año pasado afectaron a un total de 855 trabajadores, de los que 801 perdieron su puesto de trabajo. Estas cifras son las más altas al menos en los últimos cinco años (véase gráfico).

El ERE es un proceso que supone la reducción o supresión de la plantilla de una empresa por causas objetivas de tipo económico, técnico, organizativo, de producción o de fuerza mayor. Para ser admitido por la autoridad judicial, el expediente tiene que ser pactado entre empresa y los representantes de los trabajadores. Miguel Coque, responsable de Empleo en CCOO-Extremadura, asegura que los del 2003 en la región son "datos escandalosos".

DATOS PREOCUPANTES El número de trabajadores despedidos en Extremadura se ha duplicado el año pasado en relación al 2002, pese a que el 2003 fue un ejercicio en que los expedientes disminuyeron a nivel nacional. Coque asegura que estos datos son preocupantes en el caso de Extremadura, "que tiene los costes laborales más bajos, una tasa de temporalidad que duplica la media nacional y el porcentaje de paro más alto de España".

CCOO achaca la elevada cifra de despidos del 2003 a la acumulación de varios expedientes de regulación de empleo en grandes empresas de la región. Son los casos de la corchera de Mérida Arcobel y del grupo placentino Himexsa Tecnoagua (GHT), cuya crisis supuso la pérdida de más de 200 puestos de trabajo. Coque asegura que las cifras revisadas del Ministerio de Trabajo muestran que el número de EREs fue 75 y 902 los trabajadores afectados en la región.

"PIES DE BARRO" "Desde CCOO vemos un problema estructural del tejido productivo extremeño", resalta Coque, para quien hay muchas empresas que tienen "los pies de barro" y "no pueden competir cuando vienen mal dadas". En su opinión, se trata de empresas con poca base y muy sensibles a la evolución de la demanda y el consumo en el sector en que operan. Es decir, que son empresas muy sensibles a los vaivenes del mercado.

Para atajar esta situación de debilidad de la economía extremeña, CCOO considera prioritaria "la diversificación geográfica y sectorial de los procesos productivos", así como el incremento de la inversión en "formación, competitividad, investigación y desarrollo".

No es de esta opinión Juan Manuel Arribas, secretario de la patronal extremeña Creex, para quien no se está ni mucho menos ante una crisis económica sino que se trata de "cierres de empresas" puntuales a los que sus accionistas no verían viabilidad. Arribas destaca que Extremadura mantiene un buen nivel de crecimiento económico, que supera incluso la media nacional en los últimos años.

En el año 1999 también hubo un número importante de trabajadores afectados por regulaciones de empleo, un total de 1.136, pero sólo 356 perdieron el puesto de trabajo.